Como venían anunciando los expertos del sector, la revolución iniciada a finales del año pasado en el mundo árabe, que ha puesto fin ya a dos dictaduras -Túnez y Egipto-, ha provocado una guerra en Libia, está poniendo en jaque a regímenes autoritarios como los de Siria, Yemen o Bahrein y ha obligado a adoptar reformas para frenar el descontento popular en otros países, como en Marruecos, está teniendo un efecto muy positivo sobre el turismo español, que se ha convertido en lo que llevamos de ejercicio en uno de los principales refugios de los grandes turoperadores alemanes y británicos para satisfacer la demanda de los viajeros que huyen de los países de la ribera sur del Mediterráneo por su inestabilidad. El pasado miércoles, Exceltur, la Alianza por la Excelencia Turística, que agrupa a las empresas más relevantes del sector, hizo público que el turismo experimentó en el primer trimestre del año un crecimiento del 2,4 %, el mayor impulso de todas las actividades económicas españolas en ese período, gracias a la desviación de la demanda extranjera desde, fundamentalmente, Túnez y Egipto. La gran beneficiada ha sido Canarias, que concentró el 89 % del incremento, pero también, aunque en "muchísima menor medida", algunos destinos mediterráneos como la Comunitat Valenciana o Murcia.

Por tanto, aunque nadie se alegra de las desgracias ajenas -lo es la pérdida de turistas, aunque no la caída de dictaduras-, las expectativas son muy positivas y, de hecho, Exceltur, vista la situación, ha duplicado sus augurios de crecimiento sectorial para 2011 desde el 1 % al 2,2 %. Pero los empresarios también hacen una llamada a no caer en lo que puede ser un espejismo, porque los incrementos reseñados son meramente coyunturales.

El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de la Comunitat Valenciana, Vicente Blasco Infante, apunta que la ocupación actual en países como Egipto y Túnez -los mayores competidores valencianos en el sur, junto a Turquía, que no tiene problemas y llegará al 100 % en verano- está entre el 20 % y el 30 % y que en los meses estivales difícilmente superará el 50 %, pero lo más probable es que a finales de año ya se habrán recuperado. Mientras tanto, esos países están aplicando bajadas de hasta el 50 % para intentar atraer turistas. Ana Navarro, de la valenciana agencia Nusa, afirma que Túnez está completamente descartado como destino, hasta el punto de que los cruceros con escala allí se han suprimido para todo lo que queda de temporada. Para ir a Egipto hay ofertas "muy atractivas", como una semana, con crucero por el Nilo incluido, por 500 euros. Vicente Blasco, por su parte, asegura que desde Alemania se están ofertando viajes de siete días por menos de 200 euros.

El presidente de las agencias considera que los grandes turoperadores están desviando momentáneamente a sus clientes a España, "pero no hay que confiar en que vuelvan esos turistas", porque, en cuanto se regularice la situación en los citados destinos, los grandes mayoristas los llevarán de regreso allí, donde tienen sus propios hoteles y, por tanto, un mayor negocio. Así que, en su opinión, conviene que el sector sea prudente, sobre todo en su política de precios, en la que no hay que "abusar". A este respecto, Blasco apuntó que, en el subsector de sol y playa del Mediterráneo, "la gente ha aprendido y cada día son más competitivos". Además, tienen la ventaja de una moneda menos "cara" que el euro y de una atención al cliente "muy superior a la nuestra, sin caer en el servilismo".

En la misma línea, el presidente de Exceltur y vicepresidente de la cadena hotelera Sol Meliá, Sebastián Escarrer, insistió el pasado miércoles en que el repunte de principios de año no es atribuible a claras mejoras competitivas sostenibles y de carácter estructural, sino que son coyunturales, aunque pueden durar aún un tiempo, según evolucionen los problemas de Túnez y Egipto y el ritmo de recuperación de las economías de Alemania y Reino Unido. Por ello, pidió al Gobierno que convoque una cumbre con los responsables políticos y empresariales de los destinos de sol y playa para abordar "de forma urgente y real" su remodelación. En su opinión, esta es una oportunidad única para reposicionar la oferta española y convertir al turismo en el gran "rescatador" del empleo. El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, advirtió de que "hacen falta bastantes miles de millones de euros" para renovar la oferta del litoral español.

Al igual que sucede con la I+D a nivel general, el sector hace mucho tiempo que reivindica que el futuro del mismo pasa por reinventarse y abandonar la competencia por precio, prácticamente inviable respecto a la creciente potencia de otros destinos del Mediterráneo, próximos y muy asequibles. Hay temor a la complacencia, que puede venir abonada por esta abundancia coyuntural de principios de 2011.

China se beneficiará del terremoto nipón

Aunque, en términos valencianos, es un mercado pequeño, el terremoto y la consiguiente crisis nuclear ha puesto en el disparadero a Japón. Ana Navarro, de la agencia Nusa, afirma que nadie se ha interesado por ese destino desde el tsunami. El país, que no tiene en el turismo una de sus principales industrias, no ha hecho nada en cuanto a precios para captar visitantes. El presidente de la patronal valenciana de agencias, Vicente Blasco Infante, apunta que no más de 1.500 valencianos visitan anualmente el país asiático, que no observa una bajada significativa porque el recorrido por ese país -Tokio, Kioto y Osaka- no está en la zona directamente afectada por la crisis y que Japón se recuperará de cara al verano si la crisis nuclear no va a más. En cualquier caso, añade que la gran beneficiada del desastre nipón será China, que está registrando crecimientos anuales de entre el 5 % y el 10 % en los últimos cinco ejercicios.

Para la próxima temporada, Blasco prevé que los valencianos viajarán menos por la crisis económica. Y el Magreb será uno de los grandes damnificados. Cree que se mantendrán los vuelos a Túnez y Turquía desde Manises, pero con menos pasajeros. Ana Navarro, de la agencia Nusa, coincide con estas apreciaciones. En su opinión, tampoco se trata de una cuestión de precio, dado que muchos destinos se encuentran realmente baratos "desde hace meses y aun siendo destinos atractivos, la gente no se anima". j. c. valencia