Dense prisa. Si no lo he comprendido mal (y podría muy bien ser, porque de estas cosas entiendo poco), los bancos están a punto de cerrar el grifo del ahorro regularmente remunerado. Un decreto del Gobierno, seguido de una circular del Banco de España publicada en el BOE del pasado sábado y vigente a partir del lunes 4 de julio, pone en práctica la anunciada penalización para los depósitos bancarios con mejores tipos de interés.

En su momento se tomó la decisión al contemplar como algunas entidades auxiliadas con inyecciones de dinero público lo estaban gastando en desatar guerras de tipos para captar pasivo. Y la penalización consiste en obligarlas a ingresar, por estos depósitos, cinco veces más dinero de lo habitual en el Fondo de Garantía de Depósitos. Es decir: si quieren arriesgarse, que paguen más a la caja común del seguro.

Ahora ha llegado la traducción aritmética de la decisión política. Bancos y cajas están echando cuentas y se anuncian rebajas. Pese a ello, se espera que muchas entidades mantengan algunas ofertas con tipos superiores al límite, y carguen con las consecuencias, si con ello consiguen captar dinero nuevo o satisfacer a determinados clientes preferenciales. El resto de los mortales puede irse despidiendo.

Pero atención: todavía nos queda un poco de oxígeno. La circular del Banco de España define lo siguiente: "Se contempla un breve período transitorio de manera que las entidades puedan impartir las instrucciones pertinentes a sus redes de oficinas". Y en la parte dispositiva aclara la duración del período transitorio: los depósitos a plazo "constituidos antes del 15 de julio de 2011" no entran en el cálculo de la penalización. Es decir, que todavía podemos agarrar al director de nuestra sucursal por el cuello (metafóricamente, faltaría más) y decirle: "Sé que tienes hasta el viernes 15 para encontrarme algo bueno, o sea, que encuéntramelo". Y a ver qué responde. Porque una cosa es segura: a los clientes preferenciales les va a llamar él mismo. Y ?nosotros no tenemos por qué ser menos. Desde luego. ¡Con la de comisiones que nos cobra!