El Banco de Valencia, la entidad que en abril de 2010 prestó en metálico 3 millones de euros a Jaume Matas para que eludiera la cárcel, ha pedido a la juez de primera instancia 10 de Palma que subaste cuanto antes "el palacete" que tiene en la ciudad y otros inmuebles, del expresident del Govern balear. El banco ha tardado cinco meses en impulsar la demanda hipotecaria contra Matas, que no ha pagado ni una cuota de los intereses del préstamo. La subasta, dada la apretada agenda judicial, no se hará hasta finales de enero. El Banco de Valencia, una entidad vinculada a Bancaja, ha roto su pasividad de meses frente a la morosidad de Matas, que en mayo pasado ya le adeudaba más de 4 millones de euros, entre principal, intereses impagados y costas de la reclamación. El juzgado de primera instancia 10 estaba a la espera de que los demandantes activaran el ejecutivo para seguir con los trámites de la subasta.

La inactividad hasta ahora del banco ha causado sorpresa en medios de los juzgados civiles de Palma, donde se preguntaban cómo era posible que no se hacía nada para tratar de recuperar una deuda tan grande, que, mes a mes, crecía por los intereses y las cuotas impagadas. No obstante, conviene tener en cuenta que el pasado 7 de octubre se produjo la salida de Domingo Parra como consejero delegado del Banco de Valencia. Parra es amigo de Matas y fue el gran valedor de aquella operación. Un crédito muy polémico en su momento y que ahora cobra una significación especial debido a la difícil situación que atraviesa la entidad controlada por Bankia por su exposición al sector inmobiliario. Parra fue sustituido por Aurelio Izquierdo, hasta entonces director general de Negocio de Bankia y primer ejecutivo de Bancaja. José Luis Olivas, correligionario de Matas en el PP, cedió la semana pasada la presidencia del banco a Izquierdo por una incompatibilidad con su cargo de vicepresidente en Bankia, saltándose a los dos vicepresidentes -Antonio Tirado y Celestino Aznar-. Fuentes financieras aseguran que optó por un escudero fiel para minimizar la corrección en la política de la entidad, encarnada por él y Parra en los últimos años, que probablemente van a impulsar ahora los principales accionistas del banco y en especial el consejero delegado de Bankia, Francisco Verdú.

La petición del Banco de Valencia ha coincidido con la rebaja (de 3 millones a 2,5 millones) de la fianza señalada a Matas. Esa medida ha sido adoptada por la Audiencia de Palma, tras un recurso formulado por el también exministro de Medio Ambiente. La fianza de 3 millones le fue impuesta en marzo de 2010 por el juez de instrucción número 3 de Palma, José Castro, a Matas para evitar que huyera del país. El Banco de Valencia notificó a Castro que, en caso de retirada o rebaja de la fianza, el dinero debía ser entregado a él por tratarse de un crédito pignorado. El juzgado de primera instancia ha dado la oportunidad a Matas de saldar su deuda, pero el expresidente balear no ha contestado a ese requerimiento. Matas reconoció, antes ser demandado por el banco, que carecía de fondos para hacer frente a los intereses de los 3 millones. El principal imputado en el caso Palma Arena se mostró resignado a "perder mis bienes y los de mi madre y hermana". Los inmuebles de Matas hipotecados son, entre otros, los siguientes: un piso en la Rambla dels Ducs de Palma, de 152 metros cuadrados y tasado en medio millón de euros; otra vivienda de 400 metros y tasada en 1,2 millones; el "palacete", cuya superficie construída es de 500 metros (aunque también cuenta con dos grandes trasteros y dos plazas de aparcamiento, lo que supone un inmueble de 657 metros) y con un valor de 2,5 millones.