Al larguísimo proceso de la Caja de Crédito de Alcoy aún le faltaba una secuela. Jesús Lidiano Llopis Jordá, hijo del director general de la entidad quebrada y máximo responsable de la sucursal de la avenida de la Hispanidad, se ha fugado de la cárcel de Villena, aprovechando un permiso, el primero que había conseguido tras cumplir la mayor parte de su condena de 3 años. En estos momentos, está siendo buscado activamente por la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.

Jesús Llopis, hijo, como se le conocía habitualmente, había sido condenado a 3 años de prisión por un delito de insolvencia punible (quiebra fraudulenta). La responsabilidad penal también alcanzó a su padre, que fue condenado a 4 años, pero apenas estuvo ingresado 6 meses por su avanzada edad y su salud; y a su prima Mercedes Llopis Candela, subdirectora general, que está cumpliendo actualmente su pena de tres años, después de que el Ministerio de Justicia le denegara un indulto.

La trayectoria de Jesús Lidiano Llopis fue distinta, pues en contra de lo que les ocurrió a sus dos familiares, fue absuelto por la Audiencia de Alicante, al considerar que el delito de complicidad que había cometido había prescrito; sin embargo, el Tribunal Supremo revocó este criterio y lo condenó como autor de los hechos que llevaron a la Caja de Crédito de Alcoy a la quiebra, y a 1.500 ahorradores a perder unos 3,6 millones de euros, que sólo han podido recuperar de manera parcial.

Jesús Lidiano Llopis recibió la noticia de que había sido condenado a 3 años de prisión y de que tenía que cumplir la pena... cuando se encontraba ingresado en la cárcel de Fontcalent, por otro hecho, cuya naturaleza no trascendió. Las fuentes consultadas han señalado que por este asunto anterior ya había consumado la pena impuesta y que en la actualidad se encontraba haciendo efectivos los 3 años que le correspondían por la Caja de Crédito de Alcoy.

La Junta de Tratamiento Penitenciario le concedió su primer permiso la semana pasada, atendiendo a que había cumplido las tres cuartas partes de su condena y a los informes favorables en cuanto a su comportamiento. Abandonó la prisión a mediados de semana y no regresó el sábado, cuando estaba previsto que lo hiciera. La dirección de la cárcel, de forma inmediata, tuvo conocimiento de lo sucedido y denunció la fuga a la Guardia Civil y la Policía Nacional, por lo que en estos momentos está en situación de búsqueda y captura. La vigilancia sobre su paradero se ha centrado en las poblaciones de Sax y Alcoy, dado que pese a ser originario de la segunda, tras la crisis de la Caja de Crédito se trasladó a la primera, donde residía.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias han explicado a este diario que independientemente de que regrese por su cuenta a la cárcel o que sea capturado por las fuerzas de seguridad del Estado, Jesús Lidiano Llopis se enfrentará a una pena añadida por quebrantamiento de condena de entre 6 y 8 meses de prisión.

Un protagonista de la crisis financiera

Jesús Lidiano Llopis estuvo a punto de salir indemne. Para los afectados por la quiebra -es decir, los cientos de personas que se quedaron sin sus ahorros por su culpa- era un protagonista de primer nivel. La Audiencia no lo entendió así, lo consideró un simple cómplice y como el delito había prescrito, lo absolvió. Tuvo que llegar el recurso al Supremo, para que las cosas se vieran de otra manera, y que padre, hijo y sobrina fuesen considerados como autores necesarios de los tejemanejes financieros que acabaron abocando a la suspensión de pagos, primero, y a la quiebra, después, a la Caja de Crédito de Alcoy.

Desde que a finales de julio de 1993 la Caja entrara en crisis, los afectados han venido batallando para reclamar responsabilidades y para recuperar su dinero. De lo segundo, en los 18 años y medio transcurridos apenas han llegado a tocar la mitad, sin contar el IPC, y todavía están a la espera de poder subastar alguna propiedad; de lo primero, su decepción fue notoria cuando el director general salió de la cárcel a los 6 meses de haber entrado. Ahora, seguro, que la fuga no les colma de alegría...