No es posible, como se había barajado desde algunas instancias del sector, que patronales y cámaras afronten el futuro a través de una fusión entre ellas. El hecho de que las segundas sean corporaciones de derecho público hace inviable esa opción, según fuentes empresariales conocedoras de la situación. Las cámaras afrontan en 2012 el último ejercicio en el que las cuotas con las que se financiaban serán obligatorias. Este año ya solo deben pagarlas las empresas en beneficios que facturen más de 10 millones. En 2013, nadie. Los ingresos, en una coyuntura de crisis como la actual, van a mermar de forma sustancial. Muchas cámaras, como la de Valencia, ya han aplicado planes de recortes en todo tipo de gastos, entre ellos los de personal, para hacer frente al futuro. Pero las dudas son enormes. Puede suceder de todo, como que las que no tienen ámbito provincial -como Alcoi y Orihuela- sean absorbidas por las que sí lo tienen o que desaparezcan unas u otras. Dadas las dificultades que la crisis y los impagos de la Generalitat están generando en las patronales y la duplicidad que conlleva la existencia de dos organizaciones empresariales de libre afiliación, se había hablado de la necesidad de la cooperación entre cámaras y patronales, de delimitar sus funciones e incluso de una fusión.

No obstante, esta última opción está descartada. Como entidades de derecho público dependientes de la Generalitat, en el caso valenciano, las cámaras que no puedan subsistir por sí mismas o desaparecerán o serán engullidas por la administración, pero, según las fuentes consultadas, no podrán fusionarse con una patronal, dada su diferente naturaleza jurídica. De hecho, la decisión del pleno de estudiar el alquiler de la sede de la calle Jesús -medio vacía tras los despidos, como el centro de formación Lluis Vives- para trasladarse a la semidesocupada antigua sede de Poeta Querol, precisará del visto bueno de la conselleria de Economía, que es la que ahora tutela a las cámaras.

Cámaras y patronales llevan más de un año conversando para encontrar soluciones. El Consejo Superior no ha avanzado por su esperanza en que un nuevo Gobierno tal vez recuperara las cuotas que suprimió el Ejecutivo socialista o encontrara una fórmula sustitutiva. Con los problemas para cumplir el déficit, parece que no habrá salvación in extremis por parte del Estado. Así que se van a reactivar las negociaciones en el seno empresarial.

En Valencia, la elección en diciembre de Salvador Navarro como nuevo presidente de la CEV, tras un largo proceso electoral, promete relanzar el proceso con la expectativa de llegar a acuerdos en el próximo trimestre. Ya se han producido con cierta regularidad reuniones de trabajo de los técnicos de ambas organizaciones, que han empezado a diseñar, todavía sin resultados, un esquema en el que no se dupliquen funciones y ambas organizaciones, en base a sus ingresos, se repartan la prestación de servicios a los empresarios valencianos.