El Banco de Valencia registró en los nueve primeros meses de 2011 unas pérdidas de 901 millones de euros (876 correspondientes a la entidad dominante y los 24 millones restantes, a las participadas), según los datos remitidos ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por los administradores nombrados por el FROB tras la intervención de la sociedad por parte del Banco de España el 21 de noviembre del año pasado. Este dato revela que la entidad participada mayoritariamente por Bankia aumentó en el tercer trimestre del año sus números rojos en 354 millones de euros, dado que al cierre del primer semestre sus pérdidas se elevaban a 547 millones. Los 901 millones citados contrastan con los beneficios de 62 declarados en septiembre de 2010 y son el fruto de la exposición de la entidad al sector inmobiliario.

Tan es así que, en su informe de resultados, el Banco de Valencia cifra en 2.763 millones sus activos deteriorados a cierre de septiembre de 2011, frente a los 1.184 millones de un año antes. Asimismo, a la conclusión de los tres primeros trimestres de 2011 tenía financiación concedida a actividades de construcción y promoción inmobiliaria por 5.252 millones, frente a los 3.107 de comienzo de año. Del total de préstamos inmobiliarios, 1.598 millones eran dudosos y otros 1.157,77 millones subestándar. Además, cuenta con activos inmobiliarios adquiridos, adjudicados y recibidos en pago de deudas por 507 millones, frente al valor de 365 millones que presentaban a cierre de septiembre de 2010.

A estos datos habrá que añadir ahora, además de cuál haya sido la evolución de la entidad en el último trimestre de 2011 y en este primer tramo de 2012, las nuevas exigencias contenidas en la reforma financiera. A este respecto, el informe precisa que las necesidades de provisión para hacer frente al deterioro de los activos relacionados con el riesgo inmobiliario ascienden "aproximadamente" a 823 millones. Asimismo, cifra en 428 millones el requerimiento sobre el nivel mínimo exigido de capital principal derivado de los deterioros calculados. En suma, la entidad necesita 1.251 millones, si bien el informe del auditor no especifica cómo los conseguirá. La entidad está ya en lista de espera para convertirse en uno de los próximos bancos nacionalizados o intervenidos en ser adjudicados a un competidor.

Por otro lado, el banco indicó que hasta la fecha ha dispuesto de 850 millones del crédito de 2.000 que el FROB le otorgó en virtud de la intervención. El préstamo se firmó con "periodos de disposición mensuales y vencimiento último a los seis meses de su formulación, periodo que contempla la culminación del proceso de reestructuración del banco" y que concluiría en abril próximo. A los citados 2.000 millones se unió una ampliación de capital por otros mil.

Retribuciones

El informe deja constancia también de que en los nueve primeros meses del año pasado los miembros del consejo de administración, destituidos en noviembre tras la intervención, recibieron una remuneración de 1,39 millones, inferior a los 1,45 del ejercicio precedente. Los miembros de la alta dirección se llevaron 2,49 millones, por encima de los 2,32 de 2010. Lo que también se incrementó fue el importe de las operaciones realizadas por los consejeros y los directivos con el Banco de Valencia, que pasó en un año de 43,4 a 45,5 millones.