Cada uno tenía sus motivos para estar allí. Los hijos por los padres que ven peligrar sus puestos indefinidos y los padres para que sus hijos encuentren trabajo. Unos por otros, decenas de miles de ciudadanos llenaron ayer las calles de Valencia en protesta por la reforma laboral, una marcha convocada también en otras 56 ciudades de España por los sindicatos Comisiones Obreras (CC OO) y UGT que reunió a cerca de un millón de personas y que pretendía trasladar al Gobierno de Mariano Rajoy el descontento por el decreto-ley que cambia el panorama laboral español.

El "extraño" horario elegido (en muy raras ocasiones se hacen manifestaciones domingo por la mañana) no impidió que los ciudadanos, cerca de 80.000 personas según fuentes sindicales, alzaran sus voces, sus silbatos, sus banderas y sus pancartas para protestar por la nueva ley laboral, que entró en vigor el pasado 12 de febrero. Con un margen de tiempo de apenas una semana, los sindicatos han querido tomar el pulso a la sociedad para ver cómo respondería en caso de convocar huelga general. Convocatoria que miles de personas llevan pidiendo a gritos desde hace tiempo.

Una marcha soleada

"Yo ya estoy jubilada, pero vengo por mis hijos", contaba a Levante-EMV Luz, vecina de Valencia. "Parece que hemos vuelto a los años 50 respecto a los derechos de los trabajadores", lamentaba. Esta no es la primera gran manifestación que recorre Valencia en los últimos tiempos, al contrario. Desde que estalló el movimiento del 15M las manifestaciones se han sucedido una tras otra por motivos tan diversos y relacionados como la corrupción, los recortes en educación y sanidad o ahora, por la normativa laboral. En definitiva, por todo ese caldo de cultivo que está creando la crisis en los últimos tiempos en Europa y el mundo. Luz, al igual que otros muchos asistentes a la marcha de ayer, confía en que estas protestas den su fruto en algún momento. "Hay que seguir viniendo", comentaba esperanzada esta vecina.

La cabecera de la protesta salió de la plaza de San Agustín a las 12 horas, en una mañana soleada. Dos horas después todavía había gente en este punto de la ciudad que iniciaba la marcha, aunque ésta ya había llegado a la plaza América y en muchos puntos del recorrido era ya inexistente.

En el desfile de indignación y protesta se pudo observar un gran paraguas bajo el cual paseaban pancartas y carteles de todo tipo. Aunque el lema de la marcha era "No a una reforma laboral injusta con los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para la ocupación", llamaban más la atención consignas como "Regreso al jurásico" (cartel formado por un dinosaurio y la cara de Rajoy), "No juguéis con nuestro futuro" o un explícito y contundente "Y una mierda", refiriéndose a la reforma laboral. Entre los manifestantes se encontraban representantes de los secretarios generales de CC OO-PV, Paco Molina, y de UGT-PV, Conrado Hernández, así como representantes políticos de PSPV, EU y Compromís.

Los cánticos y las pancartas reflejaban la heterogeneidad de motivos por los que la gente acudió a la manifestación. Entre ellos, gente que pedía la aplicación de la ley de dependencia o incluso un centenar de miembros de la Guardia Civil, que bajo las siglas de AUGC también protestaron por los recortes en derechos laborales. En la marcha también se observó un cartel de apoyo a Aldaia Ràdio, emisora que el ayuntamiento de la localidad ha decidido cerrar tras años de servicio al ciudadano.

El Lluís Vives, muy presente

También volvieron a verse grandes tijeras hechas de cartón y se escucharon gritos por una enseñanza de calidad. En ese contexto, una multitud clamó al ver pasar a las furgonetas de la Policía Nacional "Què valents que peguen als xiquets", en referencia a los incidentes de la semana pasada con alumnos del IES Lluís Vives donde resultaron heridos varios jóvenes y hubo 16 detenciones. "Mis policías nacionales sólo entrenan con mis hijos. Con vosotros se aplicarán más", rezaba otro cartel. "Es una vergüenza", lamentó Begoña, estudiante de magisterio. "Se enfrentaron a chavales policías armados con porras y cascos, no hay derecho", apostilló. Para hoy están previstas más protestas en los aledaños del instituto.

Begoña acudió a la manifestación acompañada de Victoria, estudiante de farmacia. "Vengo a protestar también por los impagos del Consell a las farmacias", explicaba la joven. José Antonio, de 19 años, se mostró convencido. "Hay que cambiar esta ley, o derogarla, lo que sea. La he leído y la verdad es que creo que estamos condenados. Esta reforma nos condena a no tener futuro", concluyó el joven.

La contramanifestación

A pesar del éxito de convocatoria, la protesta tuvo su lado oscuro. Algunos asistentes recriminaron a los sindicatos duramente por no convocar una huelga general como primera respuesta ante la aprobación de la reforma laboral. "Menos banderas y más revolución" o "Si sois clase obrera, huelga, huelga, huelga" fueron algunos de los cánticos que se escucharon al paso de representantes de CC OO y UGT.

En Madrid, cerca de medio millón de personas participó en la manifestación, según los convocantes, mientras que fuentes policiales calculan que la asistencia rondó las 50.000 personas. Al término de la lectura del manifiesto de la protesta, y cuando se escuchaba La Internacional, alguien arrojó pintura amarilla al estrado donde estaban Toxo y Méndez, acompañados de otros dirigentes sindicales. En el caso de Méndez, algo de pintura le alcanzó la cara.