El consumo eléctrico como indicador de la actividad laboral y del éxito o fracaso de la huelga se convirtió ayer por momentos en el eje central de la batalla de la imagen que jugaron Gobierno y sindicatos. Según la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, el impacto de la huelga era «muy moderado» y cifra el descenso en el consumo eléctrico en un 16,61%. Según los datos de consumo a las 12 del mediodía, con la huelga ya consolidada, la red eléctrica nacional demandaba 27.466 megavatios, un 15,8% menos que el pasado miércoles a la misma hora y en circunstancias climáticas muy similares.

Si se compara el dato de esa hora con el registrado durante la huelga general convocada contra el Gobierno de Zapatero el 29 de septiembre de 2010 (28.173 Mw) se observa como el consumo de ayer era ligeramente inferior al de la protesta del 2010, con 27.466 Mw que suponen un 2,5% menos.

En la Comunitat Valenciana, el descenso en la demanda era a las 10 de la mañana del 8% respecto al del miércoles, según datos de Iberdrola, que abastece prácticamente al 96% del territorio. A las 16 horas, este porcentaje se mantenía estable en torno a esta cifra, según fuentes de la compañía eléctrica.

A media tarde, la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, aseguraba que el impacto que estaba teniendo la huelga general era «muy moderado» con respecto a la convocatoria del 2010 contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Con cifras del consumo acumulado a las 18,30 horas, el descenso era del 16,61 % —respecto a la misma hora del día anterior—mientras que, en la huelga del año 2010 se registró un descenso del 19,6 % y en la convocatoria de 2002, con José María Aznar al frente del gobierno de un 23,9 %. A las 18 horas, el consumo de electricidad se situaba en 24.764 megavatios, un 15,9 por ciento por debajo de los 29.441 megavatios previstos por Red Eléctrica de España.

No existen datos disponibles sobre la reducción en el consumo del gas natural, que en algunas comunidades autónomas como la valenciana suponen un porcentaje esencial del consumo energético en la industria. La «batalla» sobre el impacto de la huelga sobre el consumo eléctrico se trasladó también a las redes sociales, donde algunos ciudadanos denunciaban la presencia de farolas encendidas a plena luz del día con el presunto objetivo de mejorar —elevándolas— las cifras de consumo, lo que indicaría un menor seguimiento de la huelga.