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Con 37.510 millones de euros, el Banco Financiero y de ahorros (BFA), matriz de Bankia y participado por Bancaja, es la entidad española que atesoraba al finalizar 2011 el mayor volumen de crédito a los sectores de la promoción inmobiliaria y de la construcción. La cifra, muy superior a los 31.994 millones del Banco Santander y casi el doble que los 20.075 de La Caixa, es, no obstante, inferior en algo menos de 5.000 millones respecto de los 42.390 que acumulaba al cierre de 2010. Pese a esta mejora, los datos presentados ayer ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) reflejan con claridad por qué la entidad se encuentra en el ojo del huracán de los mercados y el Gobierno, que dudan sobre su futuro por la pesada herencia inmobiliaria que le legaron sus dos principales socias: Bancaja y Caja Madrid. Así, de los citados 37.517 millones, un 47,5 % -concretamente, 17.802- corresponde a créditos tóxicos, es decir, de dudoso cobro o subestándar (con riesgo de impago). Es un 6,9 % más que hace un año, cuando esos activos ascendían a 16.689 millones. No obstante, la cobertura de esos créditos era al finalizar 2011 de 7.021 millones, casi el doble que los 3.629 de un año antes, gracias a las abundantes provisiones efectuadas por la entidad (2.025 millones en el último trimestre).

Los créditos dudosos crecieron en 2011 un 36,5 %, mientras que los subestándar bajaron un 18,6 %. Dos datos muy relevantes sobre la exposición al ladrillo de BFA se encuentran en el volumen de viviendas terminadas que atesora (10.819 millones) y sobre todo en el suelo, su gran lastre, donde alcanza los 11.504 millones. Los activos fallidos se situaron en los 1.748 millones, un 22 % menos que en 2010. Dado que el Banco de España cifra en 184.000 millones los activos problemáticos del conjunto del sistema financiero español, BFA acapara el 17,2 % del total. Además, la matriz de Bankia dispone de un total de activos inmobiliarios adjudicados, comprados o intercambiados por deuda procedente de financiación concedida por importe de 9.081 millones.

La entidad informó ayer de que sus cuentas anuales están sin auditar ante la complejidad del ejercicio 2011, pero que Deloitte las tendrá a punto de cara a la junta de la semana que viene. Para cumplir los requisitos legales, el pasado lunes depositó sus resultados de 2011, que, tal como publicó este diario, revelan que BFA tuvo unas pérdidas de 439 millones, como sociedad individual, pero que en el consolidado cerró con una ganancia de 40,9 millones.

Por otro lado, en la información remitida ayer a la CNMV consta que los consejeros recibieron aportaciones a planes de ahorros por entre 31.000 y 72.000 euros, según los casos. De entre los valencianos, José Luis Olivas y Antonio Tirado recibieron 33.000, mientras que Rafael Ferrando, Remigio Pellicer, Ángel Villanueva y José Rafael García Fuster, 72.000.