Un estudio de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), realizado en base a las estadísticas del Ministerio de Agricultura, cifra en un 20 % el retroceso de la superficie valenciana dedicada a frutales de hueso en los últimos cinco años. Una situación que no solo se produce en este tipo de cultivos, sino que es extensiva a todos los demás. Hay que recordar que ya en 2010 la superficie destinada a cítricos se redujo en cerca de 14.000 hectáreas, prácticamente el doble que el año anterior (6.698 ha), según el informe realizado por la Unió de Llauradors.

Para la Asociación Valenciana de Agricultores, la superficie de ciruela, albaricoque, melocotón y nectarina en la Comunitat Valenciana (16.088 hectáreas) ha descendido un 20 % en los últimos cinco años (20.010 hectáreas en 2006) y hasta un 35 % en la última década (24.877 hectáreas en 2002). Unas cifras "imparables" que la organización agracia atribuye a la "insostenible falta de rentabilidad, que culminó el verano pasado al desatarse la crisis del E. Coli y que provocó el hundimiento de los precios de frutas y hortalizas". Además, AVA explicó que, sobre todo en la comarca valenciana de la Ribera Alta, los campos de fruta dulce han sido sustituidos por caqui, un cultivo subtropical que viene registrando "aceptables cotizaciones".

Los agricultores "sufren como pocos una tremenda volatilidad de los precios, ya sea entre distintas campañas o dentro de una misma. Un año después de la crisis de los pepinos, la Comisión Europea sigue sin ofrecer soluciones estructurales y ni plantea reflejarlas en la inminente reforma de la PAC", apuntó el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado.

Desde la organización se vuelve a reclamar el cambio de la Política Agrícola Común (PAC) . "De poco van a servir ayudas que no cubran buena parte de los gastos; hay que apostar por medidas de mercado que permitan garantizar precios dignos a los productores" precisó Aguado, que insta a las distintas comunidades autónomas productoras de fruta a "unir sus fuerzas para defender al sector en pleno debate de la PAC".

Según AVA, la campaña de fruta dulce ha cerrado con unos precios que, pese a situarse por encima de los costes de producción, algo que no ocurre en otros cultivos, no alcanzan a compensar el importante descenso de cosecha provocado por las heladas de febrero, la incidencia de la mosca de la fruta ("ceratitis capitata") y los problemas de cuajado y agrietado de la piel.