El conseller de Economía, Máximo Buch, ha ofrecido a ThyssenKrupp la posibilidad de que un fondo de capital riesgo participado por la Generalitat y el Ministerio de Industria, entre otros inversores, adquiera la planta que la multinacional germana posee en Sagunt (TK Galmed), cuyo futuro resulta cada vez más incierto ante su probable desmantelamiento a partir de 2014. Buch volvió ayer del cuartel general de Thyssen en Duisseldorf (Alemania), donde se reunió con altos directivos de la división del acero de esta corporación para estudiar un posible plan de viabilidad de la planta valenciana tras la reestructuración mundial que acomete el grupo debido a sus pérdidas en el negocio siderúrgico por la caída de demanda en Europa .

El gigante del acero contempla dos posibles escenarios: la venta de TK Galmed o su cierre. Según Buch, en este segundo caso se compromete a poner en marcha un plan de recolocaciones para garantizar el empleo de su actual plantilla, de las que forman parte 165 trabajadores. Por otro lado, la matriz analizará solo "ofertas serias" de posibles compradores, puntualizó el dirigente del Consell tras su largo encuentro con los ejecutivos de ThyssenKrupp Herbirert Fischer y Thomas Shelenz.

Estas nuevas negociaciones arrancan después de que Thyssen acogiera con indiferencia el interés demostrado por un inversor extranjero en la compra de la planta de galvanizado.

Experiencias en empresas

Buch ha mantenido recientemente contactos con una sociedad gestora de fondos de inversión, que no concretó, para el posible desembarco en el capital de la fábrica de galvanizado del Camp de Morvedre. La Generalitat, a través de sociedades participadas por el Instituto Valenciano de Finanzas, participa en empresas a través de fondos como Comval Emprende, Tirant, Santangel y Angels Capital, aunque se trata de inversiones de poco calado y alejadas del desembolso que requeriría comprar los activos de TK Galmed.

Buch comentó que, con su visita a la sede corporativa del grupo, los dirigentes de ThyssenKrupp "oyeron por primera vez un oferta seria, pues habían visto otros inversores aunque no habían llegado a un acuerdo porque no les habían parecido de interés o de seriedad. Están dispuestos a contemplar como primera opción" la oferta del Consell, agregó. En opinión del titular de Economía, los directivos de ThyssenKrupp "aclararon que fue un malentendido el anuncio de que ya habían decidido cerrar la planta" y le garantizaron que "no es así, pues es un tema que se está contemplando por la caída de demanda de producto que hay en toda Europa, pero que la compañía todavía no ha tomado esa decisión definitivamente". Sea como fuere, tanto algunos proveedores como clientes de TK Galmed tienen constancia del probable cierre de la planta de Sagunt, por lo que ya planifican los suministros desde otras instalaciones.

Buch transmitió a la multinacional germana el tirón de la demanda de producto por parte de las fábricas del automóvil en España tras inversiones como Ford -entre otras marcas- así como las previsiones de aumento de producción del sector durante los próximos años. La factoría es rentable y en 2012 logró un volumen de ventas de 42,2 millones de euros.

Si finalmente se cierra la factoría, que no sería antes de 2015 intentarían recolocar dentro del grupo a todo el personal "si es posible o a una gran parte" de la plantilla. En España, la multinacional emplea a 7.000 personas en distintas divisiones. El cese de actividad de TK Galmed, que tendría un coste de unos 50 millones de euros, según el Consell, repercutirá de forma clara sobre otras industrias del sector, como ArcelorMittal, que ha suministrado cerca de 150.000 toneladas de acero a Galmed en los últimos ejercicios.