El secretario general de Comisiones Obreras del País Valenciano, Paco Molina, aseguró ayer que la organización sindical cerró el ejercicio de 2012 con unas pérdidas de explotación de 400.000 euros, un ejercicio en el que tuvo que aplicar importantes recortes de personal y de gastos en su estructura y cuyo déficit tiene que ver con deudas acumuladas que mantiene el Consell con esta organización sindical. Según el dirigente de CC OO-PV, la Generalitat aún debe 11,4 millones de euros en programas de formación y empleo que la central ya ha ejecutado desde 2010 y que estaban dotados con fondos finalistas, procedentes sobre todo de las transferencias de la Unión Europea (UE) y del Gobierno central.

Entre los años 2011 y 2013 Comisiones ha tenido que reducir 110 puestos de trabajo (38 eran liberados sindicales institucionales y el resto, contratados), así como aplicar un expediente de regulación temporal de empleo y un plan de optimización de recursos en sus 35 centros, entre los que también se incluyen varias fundaciones. En la actualidad, la central que lidera Molina cuenta con 109.736 afiliados activos en la autonomía, una cifra que superó los 140.000 antes del inicio de la crisis económica. Según Molina, esta reducción hay que entenderla en un contexto de cierre de empresas y de tasas de desempleo que triplican las del último lustro.

Tal como contemplan las resoluciones del último congreso general, CC OO trabaja en un proceso de reestructuración de las federaciones y uniones territoriales. Así, las federaciones de Industria y Fiteqa (química y textil) tienen un proceso de integración avanzado en el ámbito confederal.

"El Pavace está muerto"

Molina se mostró "decepcionado" por los mensajes lanzados el pasado miércoles por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en el debate de política general de las Corts. En su opinión, "el modelo autonómico, sobre todo en lo referente la financiación, está superado y se ha de revisar, pero no desde el victimismo". También destacó que "no puede haber una recuperación de la democracia sin una regeneración ética".

Molina criticó el escaso grado de ejecución del presupuesto asignado al Servicio Valenciano de Empleo y Formación (Servef), que ha dejado 227 millones de euros pendientes de ejecutar y sólo ha gastado 88 millones durante el último ejercicio. En medio de la disparatada tasa de paro de la Comunitat Valenciana (con más de 600.000 desempleados), Molina lamentó la ausencia de diálogo social del Consell con los sindicatos durante los años precedentes "El Pavace [pacto por el empleo y la competitividad] está muerto y la Generalitat no parece interesada en abordar el problema del paro o de la estrategia industrial con los agentes sociales".