Los controles de los productos agroalimentarios en las importaciones de la Unión Europea procedentes de terceros países parecen cada vez más necesarios a la vista de los resultados registrados por la Autoridad Europea de Sanidad y el Comité de Sanidad Vegetal, cuyos informes revelan que entre los años 2009 y 2013 entró al menos una plaga cada siete meses que puede perjudicar gravemente los intereses del sector primario. Tras conocer esos detalles, el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, acudió ayer a la comisión de peticiones del Europarlamento para solicitar la búsqueda de vías de solución.

La organización agraria advierte de que la situación resulta especialmente alarmante tras conocerse los datos oficiales procedentes de Bruselas. La magnitud del problema es inquietante porque en los gastos de la UE para combatir organismos nocivos en los productos vegetales solo se reconocen ochos plagas que cuentan con financiación de la Comisión Europea: escarabajo asiático de antenas largas, gusano alfilerillo, nematodo de la madera del pino, caracol manzana, picudo o barrenillo del chile, cepa grave del virus de la tristeza de los cítricos, «ébola» del olivo y viroide de la deformación fusiforme del tubérculo de la patata. Sin embargo, no se incluyen plagas ya extendidas en España como el cotonet de les Valls, el pulgón amarillo o el ácaro de Texas.

Aguado aludió al grave riesgo que entraña para la citricultura comunitaria la llegada del insecto transmisor del greening o «dragón amarillo» (Psila africana), una de las enfermedades más letales para este cultivo a nivel mundial. El máximo representante de la organización agraria trasladó al Parlamento Europeo que inste al Ejecutivo comunitario a establecer una dotación presupuestaria específica para sufragar todas las medidas de carácter preventivo y los tratamientos necesarios para erradicar la presencia de dicho insecto en España y Portugal.

También remarcó las múltiples detecciones de mancha negra (citrus black spot) que la Unión Europea viene localizando en las importaciones citrícolas de Sudáfrica. «Si escandalosa resulta la media de 35 detecciones al año desde 2010, más inaceptable resulta la actitud condescendiente y contemplativa de la Comisión frente a un problema de tal magnitud, máxime cuando el año pasado se había comprometido a adoptar medidas contundentes cuando se superasen las cinco interceptaciones». La comisión europarlamentaria ha transmitido las preocupaciones del sector a las comisiones de Agricultura y de Comercio Internacional de la UE.