El alquiler de viviendas entre particulares a través de plataformas on line, también llamado «turismo colaborativo» o «peer to peer» (P2P), ha crecido hasta convertirse en una tendencia global. Según un reciente informe de Ostelea Bussiness School of Tourism, la Comunitat Valenciana cuenta con más de 20.000 alojamientos ofertados en este tipo de plataformas que, en total, ofrecen 60.380 plazas.

La cifra no es menor. Teniendo en cuenta el número total de camas de este territorio, ese tipo de alojamiento supone ya un 30,9% del total del mercado. La autonomía se sitúa así a la cabeza de España (junto con Andalucía y solo por detrás de Murcia) como una de las que más peso relativo sobre el total de plazas ofertadas ha encontrado esta fórmula de «economía colaborativa». Además, ofrece uno de los precios más reducidos, con una media de 44 euros por habitación.

El turismo extranjero que se aloja en viviendas, según el informe de Ostelea, ocupa cada vez más mercado (el 11,4% en 2014). La oferta varía desde el alquiler de un simple sofá a habitaciones o casas enteras. Tres empresas (AirBnB, Homeaway y Niumba) acaparan el 65% del mercado del alojamiento alternativo en España.

El fenómeno tiene especialmente preocupado a un sector hotelero ya fectado por la baja rentabilidad y que, además, ve en las plataformas P2P una competencia directa con precios baratos: «Es el principal problema que tiene el sector hotelero español y valenciano». Así lo resume Luis Martí, presidente de la Federación Hotelera de la C. Valenciana. Precisamente, ayer mismo la patronal hotelera española celebraba su congreso (Martí ha sido elegido tesorero de la directiva), en que se presentó un informe que alerta de los impactos de este tipo de alojamiento, desconfía de los intereses de los intermediarios y reclama un regulación para ellos.

«El camino es regularizarlo y que jueguen con la misma baraja que los demás», tercia Toni Mayor, presidente de la patronal de la Costa Blanca (Hosbec). «Europa habría de regularizar esto. Eso de que cada autonomía fije su reglamento es una pérdida de tiempo», añade. Número de matricula, impuestos, inspección sanitaria, son algunas de las cargas que se evita esta modalidad de alojamiento, que afecta especialmente a las plantas hoteleras urbanas, donde el turista quiere el alojamiento básicamente para dormir. Otro informe de la asociación Exceltur sobre los retos de este tipo de alojamientos elevaba al 40% del total de las plazas de Valencia ciudad.