Íñigo Parra, nuevo presidente de la división española del grupo Stadler, resumía la solvencía de Spuhler de forma breve: «Cuando compró la empresa tenía 18 empleados». En 1989. Tras 25 años creciendo a base de adquisiciones, el grupo factura algo más de 2.000 millones, con 6.000 personas en plantilla. Spuhler posee el 83% de las acciones. «Es pragmático», dice Parra. Es suizo pero nació en Sevilla; fue militar y diputado durante una década en su país. j. l. g. valencia