El conseller de Economía, Rafa Climent, se reúne mañana jueves con el concejal de Comercio, Carlos Galiana, el muñidor del acuerdo en Valencia por el que se reducía las zonas de afluencia turística de cinco a dos con prácticamente el apoyo de la mayoría de agentes, exceptuando los ahora recurrentes Arena, los comerciantes de Nuevo Centro y la asociación de pequeño comercio Unión Gremial.

El encuentro tiene un peso simbólico porque representa la implicación directa del conseller de Economía en la polémica de los horarios comerciales, un tema que parecía resuelto y en manos de los tribunales y que un informe de la Abogacía de la Generalitat ha puesto en solfa.

Galiana está molesto por las críticas del director general de Comercio, Natxo Costa, al pacto de Valencia. En el entorno del concejal de Compromís, del mismo partido, se lamenta que desde la conselleria no se ha tenido en cuenta el esfuerzo realizado en la ciudad para conseguir un acuerdo mayoritario que, aunque no ha evitado los recursos, ha puesto de en la misma mesa a las grandes superficies, patronales del pequeño comercio y al Gobierno local. Costa es más partidario de cumplir con el programa electoral de la coalición y, según dice, con el acuerdo del Botànic entre PSPV-Compromís y Podemos.

La letra del Botànic

El acuerdo político de mayoría en las Corts reza: «Apostamos por la reindustrialización de nuestra economía, para la recuperación de la agricultura valenciana, por el impulso de un turismo sostenible y de calidad y por un modelo de comercio equilibrado que dé apoyo al comercio de proximidad».