El secretario general saliente de UGT-PV, Gonzalo Pino, recibió ayer el respaldo casi unánime a la gestión realizada por su equipo de dirección del sindicato al lograr un 99,1 % de los votos favorables de los 218 delegados. Tan solo se registraron dos abstenciones. Este apoyo «a la búlgara» obtenido por Pino, recién elegido secretario de Política Sindical en la ejecutiva confederal, refleja el clima de consenso con el que ha empezado el VIII Congreso Nacional Ordinario de UGT-PV tras concluir una etapa de reorganización interna, venta de activos y recortes de gastos para sanear sus cuentas.

La gestión del comité nacional „máximo órgano de control entre congresos„ también recubrió la misma votación y la gestión de la comisión de control, fue aprobada por aclamación del total de los 220 delegados. La presidencia de la mesa, que ocupa Luis Lozano (secretario general de la Federación de Servicios Públicos), constituyó las ponencias del programa de acción y los estatutos de la organización. UGT-PV reducirá de seis a tres el número de federaciones, mientras que la media docena de uniones territoriales perderán su peso político en el sindicato al sustituirse sus comisiones ejecutivas por secretarios territoriales. El nuevo secretario general de UGT-PV, Ismael Sáez, que será hoy elegido con el respaldo de la gran mayoría de la organización, junto con su nuevo equipo „que cuenta con dos vicesecretarios generales (Carlos Faubel y Guillermo Martí) , negociaba ayer la designación de los dirigentes de las uniones territoriales, lo que resulta clave para garantizarse hoy un mayor apoyo del VIII Congreso.

El president de la Generalitat, Ximo Puig, quien acudió a la jornada inaugural del congreso ugetista, aprovechó su intervención ante los delegados, así como la presencia del presidente de la patronal Cierval, José Vicente González, para pedir ayuda a las organizaciones sindicales y empresariales para movilizar a la sociedad, aquí y en Madrid, «en defensa de la dignidad de los valencianos» frente a los ataques del Gobierno central. Agradeció su apoyo a la hora de defender una mejora de la financiación.

Puig también abogó por derogar la reforma labora y defendió el diálogo social entre empresarios y sindicatos como «un fin en si mismo» para luchar por la libertad y por la igualdad que propició su aparición.

Álvarez: «Hay que derogar la reforma laboral»

El congreso general ugetista contó con una nutrida representación de invitados, entre estos el president de Las Corts, Enric Morera, así como de los consellers Vicent Soler, Rafael Climent y Maria José Salvador, o el expresident Joan Lerma. Acudió el secretario general de CC OO-PV, Paco Molina, así como los exdirigentes ugetistas Rafael Recuenco y Conrado Hernández. Así como el actual líder de UGT, Pepe álvarez. El máximo mandatario de la central abogó por «derogar» la reforma laboral para revertir la situación a la de antes del año 2010. Álvarez reivindicó el papel del sindicalismo como «un instrumento para resolver los problemas de todos los trabajadores, no solo de los afiliados», tanto en cuestiones más generales de la sociedad como en el ámbito de las empresa .