Los dos últimos ejercicios, 2014 y 2015, han supuesto la recuperación de la inversión en el sector inmobiliario en España. Ambos se han caracterizado por la buena evolución de los principales indicadores, al igual que en el caso de la Comunitat Valenciana, considerada un enclave estratégico tanto por su posición geográfica como por el volumen de inversión que atrae.

2016 es un año decisivo para esta región y para el país en general, que tienen ante sí un doble reto: mantener el interés de los inversores por toda clase de activos, a la vez que reforzar la puesta en valor de los inmuebles adquiridos en ejercicios anteriores.

Vivimos momentos de incertidumbre que en nada ayudan a dar un nuevo impulso a las operaciones pendientes de cerrar o a las inversiones en una u otra área sin tener claro totalmente cuál es el escenario en el que nos movemos. Pero no hay que perder de vista que, independientemente de la información que manejamos en la actualidad, nuestra economía ya ha emprendido con firmeza el camino de la recuperación y está mostrando claros síntomas de mejora en todos los sectores, incluido el inmobiliario.

Los datos vienen certificando que todas las facetas del mercado inmobiliario español evolucionan de forma favorable. Las empresas están creciendo paulatinamente, tanto en volumen como en número de trabajadores, lo que les obliga a buscar alternativas en cuanto al espacio de trabajo y de almacenamiento. Lo mismo ocurre con los locales comerciales, en los que todo tipo de marcas están ampliando su presencia con nuevas tiendas, a la vez que siguen surgiendo nuevos negocios, sin olvidar el sector logístico, cuya fuerte expansión se hace notar en todas las grandes ciudades.

En el caso de Valencia, además, tras registrar una cifra récord de turistas en 2015 (1.867.677 personas) y en vistas de que esta tendencia continuará en 2016, está aumentando la demanda de plazas hoteleras. Este hecho, unido a la bajada generalizada de los tipos de interés y la subida del crédito disponible, ha animado el mercado de las viviendas en venta.

Por otro lado, continuará el interés de los inversores por adquirir nuevos activos inmobiliarios y por revalorizar aquellos que tengan más antigüedad, mediante una modernización de sus instalaciones. Así las cosas, cabe esperar un incremento de la actividad rehabilitadora, poniendo el foco en la sostenibilidad y la eficiencia de los edificios. Un edificio o activo «verde» tiene siempre unos menores costes asociados a su consumo y mantenimiento, a la vez que destaca por su mayor valoración en el mercado de propiedades. A la vez, un inmueble reformado se caracteriza por una menor tasa de desocupación y un nivel de rentas entre el 5%-10% superior.

La paulatina recuperación económica invita a pensar que la evolución que hemos observado en 2014 y 2015 tendrá su continuidad en 2016. No obstante, será difícil superar la cifra récord de inversiones en el sector inmobiliario alcanzada en 2015 (en torno a los 60 millones de euros en el caso de la Comunidad Valenciana), así como el incremento de los precios de la vivienda, estimado en un 3,6 %, uno de los más altos de España.

En este escenario, se hace necesario concentrar los esfuerzos en recoger los frutos del trabajo realizado en los ejercicios anteriores. En el ámbito inmobiliario, esto se traduce en una apuesta por la recuperación de las rentas, como un refuerzo más a la reactivación de la economía.

Ha llegado, por tanto, el momento de que los actores inmobiliarios comiencen a sacar partido a las inversiones realizadas durante los últimos dos ejercicios. Y qué mejor manera de hacerlo que centrarse en los activos que ya forman parte de su cartera. No cabe duda de que la apuesta por su mejora y optimización influirá muy positivamente en las rentas e impulsarán la recuperación del sector.

No obstante, hay que tener en cuenta que dicha revalorización es un proceso gradual, cuya evolución se va adaptando a las particularidades de cada propiedad. En el caso de Valencia, como en el de otras grandes ciudades, activos que estén ubicados en zonas prime permanecerán en el mercado mucho menos tiempo que aquellos ubicados en zonas secundarias.