¿Cuáles son los efectos de la digitalización en el tejido laboral? ¿cómo evitar quedarse atrás en el salto tecnológico que está viviendo la economía y la sociedad? ¿qué hacer para ayudar a los que pueden descolgarse? Son algunas de las preguntas que trataron de responder, o al menos fijar como elemento de debate, cuatro expertos convocados por Levante-EMV y la Universitat de València, dentro del nuevo ciclo de Claustre Obert que arrancó ayer.

José Vicente González, presidente de la patronal Cierval, parafraseando a Umberto Eco, se reconoció «integrado amb trellat» respecto al tema de debate: «El efecto de la robotización industrial sobre el empleo», celebrado en la Nau.

«Va a suceder, nos guste o no. No conozco caso de avance tecnológico que no haya producido más bienestar. El problema es el proceso de adaptación. ¿Dónde está el problema? En la diferencia entre la velocidad con que se implementa el avance y la velocidad de la adaptación. Y ahí entra la política y el sistema educativo. La historia está en que se quede fuera la menor cantidad de gente posible».

Gregorio Martín, catedrático emérito de Computación, se reconoció como «el más preocupado» por los efectos en destrucción de empleo, a partir de datos como los de la OCDE, que cifran el impacto en el 12%. «La digitalización ha ayudado a incrementar el bienestar y la felicidad de las personas, no van a renunciar a ello», dijo. Pero advirtió: «Nos podemos encontrar con gente muy feliz en este entorno pero las mismas herramientas hacen que su posibilidad de vivir de un trabajo esté alterada».

Andrés García Reche, vicepresidente del Consell Valencià de la Innovació, abundó en que «la única forma de conseguir que esos cambios no creen problemas estructurales es tomar medidas con antelación». «Si no hay una conciencia clara en todo el sistema educativo y productivo de lo que va a ocurrir, vamos a un periodo convulso».

Desde los retos que afronta el sector educativo, precisamente, Lucía Egea, directora del centro universitario de EDEM, afirmó: «Estamos formando a estudiantes para profesiones que todavía no existen. Esto nos obliga formar no solo en conocimiento sino también en actitudes y valores»; «Tenemos estructuras que dan respuestas a productos del pasado y tenemos que construir estructuras para lo que no sabemos que viene».

«La situación es bastante grave», replicó Gregorio Martín. «Hay que aclarar que estamos en un momento duro y no podemos dar soluciones río. La educación no me va a salvar el año que viene», advirtió. «¿Si no es para casar las disfunciones entre esas dos velocidades entre la implementación del avance y la adaptación a él, para que están los políticos?», terció José Vicente González durante el debate. Y García Reche animó: «Abogo por que empecemos ya a cambiar el chip y en lugar de rechazar las nuevas tecnologías las aprovechemos»; «tenemos que aplicarlas a nuestro sistema productivo de toda la vida y ser los primeros en definir cómo será el mundo en cinco años».

El de ayer fue el primero de los debates que van a organizar Levante-EMV y la UV en esta nueva edición de Claustre Obert. El siguiente ya tiene fecha: el 29 de junio, para analizar el resultado de las generales, anunció el director de Levante-EMV, Julio Monreal.

«Con esta responsabilidad de dar visibilidad a los debates y ser espejo de la sociedad hemos querido unirnos a este tren seguro de conocimiento que es la Universitat», dijo Monreal. Por su parte, el rector Esteban Morcillo, recordó que «sin innovación no hay futuro», para remarcar la importancia del asunto abordado, alejado de los principales temas de debate que marca la agenda política en este momento.