La Agencia Tributaria ha bloqueado todas las cuentas de la patronal autonómica Cierval por el impago de una deuda relacionada con los cursos de formación en la que ha incurrido la patronal castellonense CEC, según confirmaron ayer a este diario fuentes de la organización. La comunicación se produjo el miércoles por la tarde y la primera consecuencia de la misma, comunicada ayer por la mañana a los trabajadores, es que Cierval no va a poder abonarles la nómina del mes de septiembre. La patronal tiene una plantilla integrada en la actualidad por una docena de personas, incluido el secretario general, Javier López Mora.

Cierval no está directamente implicada en esta cuestión, pero, como es la organización cúpula, es ella la que firma los convenios de formación con las administraciones y la que reparte entre sus tres socias, las provinciales de Castelló, Valencia y Alicante, el dinero que hayan pedido. Por este mismo motivo, la autonómica se encuentra imputada en un caso de irregularidades en la formación impartida por la CEC que investiga un juzgado de Nules. Por este caso, ha tenido que devolver a la Generalitat casi medio millón de euros que ahora le adeuda la castellonense, en preconcurso de acreedores. El impago de la CEC que ha provocado la congelación de cuentas de la Cierval es de unos 170.000 euros.

Las fuentes consultadas explicaron que los dirigentes de Cierval ya se han puesto manos a la obra para tratar de conseguir el dinero necesario para lograr que Hacienda levante el bloqueo. Confían en obtenerlo gracias a unas cantidades que les debe la Generalitat o bien a través de un aval bancario.

Este episodio supone un ejemplo más de la situación agónica que atraviesa la patronal autonómica, ahogada por las deudas que tienen contraídas con ella „y que van aumentando conforme pasan los días, como muestra este caso„ dos de las provinciales que la fundaron: la CEC y la alicantina Coepa, ya en concurso y demandada por la Generalitat por la supuesta emisión de facturas falsas por importe de dos millones en la justificación de subvenciones para la construcción de su centro de formación. El problema es que las crecientes deudas están abocando a la inviabilidad a la única solución que había sobre la mesa, es decir, que la valenciana CEV, saneada y al corriente de pagos, absorba Cierval. Un informe debe aclararlo y también si la crisis de Coepa y CEC, que ya ha arrastrado a Cierval, acabará por llevarse por delante a la CEV aunque no se fusione, en tanto en cuanto es socia cofundadora de la autonómica y podría tener que pagar sus deudas.