Más de 30 años de mi vida laboral los he pasado gestionando el Colegio de Economistas de Valencia, COEV, que ha sido un referente para otras corporaciones. En octubre pasado presenté en Bilbao, ante un gran número de colegios profesionales, un modelo de gestión eficaz para colegios profesionales que, en parte, fue el que se estuvo aplicando en el COEV hasta hace algunos años. El modelo se sustenta en una palabra clave: compartir. Compartir las funciones directivas y las ejecutivas los técnicos y los miembros de las juntas de gobierno, y compartir con los colegiados aquellos proyectos y sugerencias que puedan encajar con la estrategia y objetivos de la institución. El futuro de los colegios está ahí, en la gestión de la participación. Y eso es lo que hacíamos en el COEV hasta hace unos pocos años.

¿Qué sucedió para que se truncara esa dinámica que tantos éxitos generó? Pues que la junta de gobierno surgida de las elecciones celebradas hace 8 años decidió pasar de un modelo de gestión compartido a un modelo, como diría Goleman, de liderazgo de comandante. Cuatro años después aquellos dirigentes perdían las elecciones. ¿Y qué ha pasado en estos cuatro últimos años? Que el COEV pasó a ser dirigido -y gestionado- por el decano junto con unos pocos miembros de su junta; el modelo se transformó en uno de caudillaje compartido. El cordón umbilical que unía a miembros de la junta, técnicos y colegiados se ha ido rompiendo. Además, la junta ha adoptado medidas injustificadas, algunas de ellas de gran calado como el despido de tres profesionales días antes de la Nochebuena de 2013. Los motivos se basaron, y según informó el decano Pérez Mira, en los informes de una directora gerente que llevaba 3 meses en el cargo, y en las recomendaciones de un plan estratégico que estaba pendiente de aprobar por la junta general.

Desde entonces hasta hoy, a pesar de las llamadas a la rectificación y a la conciliación expresadas por numerosos colegiados Pérez Mira, que lleva 18 años en la junta de gobierno, no ha querido escuchar su voz, lo que le ha valido la pérdida de las votaciones en temas muy importantes presentados en las juntas generales; para más inri, hace ahora dos años ganaba las elecciones para la renovación parcial de la Junta de Gobierno la candidatura de Juan José Enríquez, a cuyos integrantes se les ha impedido, en estos últimos dos años, representar al COEV en ninguna comisión, entidad o institución.

Como colofón a estos desatinos, el decano Pérez Mira y su tesorero se querellaron contra Enríquez, candidato también a decano en las elecciones, por denunciar unos contratos firmados por el COEV de forma irregular, habiéndose archivado la denuncia. Y Pérez Mira se volvió a querellar en junio por otro hecho que además de poner en peligro la relación entre el COEV y el Colegio de Titulares Mercantiles, el juez, con toda seguridad, volverá a resolver a favor del vicedecano ya que existe un documento de la conselleria que le da la razón. Si ambas denuncias sabía Pérez Mira que eran falsas y que le dejarían en evidencia cuando se publicara el auto ¿no será qué las interpuso para mancillar el buen nombre y la imagen de Enríquez? El próximo 21 de diciembre se celebran las elecciones más importantes de la historia del COEV. Nos jugamos mucho.