La estrategia sancionadora que ha emprendido Turismo contra las web que comercializan viviendas de alquiler se ha encontrado la resistencia cerrada de alguna de ellas. Homeaway, una de las sancionadas por ofertar pisos que no están inscritos en el Registro de Turismo (concretamente por casos en Alicante), ha plantado cara.

Homeaway es un gigante tecnológico, el principal competidor de Airbnb. En 2015 fue adquirida por 3.900 millones de dólares por Expedia, la mayor agencia de viajes on line, que ha entrado a competir en el negocio de alquiler turístico.

Según señala a Levante-EMV un portavoz de la compañía, el 22 de diciembre se presentó un recurso de alzada una vez fueron tumbadas sus alegaciones. «Si se rechaza, abriremos el proceso contencioso-administrativo. Entendiendo que nuestra posición tiene base legal, seguiremos con el contencioso como en Cataluña», afirman desde la empresa fundada en Texas en 2005.

Como viene contando este diario, la AVT ha iniciado procedimiento sancionador contra siete plataformas que intermedian entre los propietarios particulares y los turistas. Lo hace porque no han limpiado de su oferta las viviendas que no están inscritas en el registro. Las considera clandestinas, potenciales casos de economía sumergida.

En Valencia, se da el caso de que muchos propietarios inscriben sus viviendas, pero la Generalitat se ve obligada a borrarlas ya que, para el ayuntamiento, son ilegales. El consistorio tiene una visión muy restrictiva sobre este tipo de alojamientos, ya que les da rango urbanístico terciario hotelero.

Homeaway cree que la directiva europea de comercio electrónico les ampara. Y que la C. Valenciana se extralimita al otorgarle la obligación de «monitorizar» el contenido de la información que publican como intermediarios. Según indica, la norma europea les obliga a retirar una oferta en concreto si hay notificación sobre su ilegalidad, pero «no podemos hacer control previo».