El nuevo IVA con carácter retroactivo que Hacienda va a aplicar a los establecimientos ópticos por todas las monturas vendidas en 2015 y 2016 (que tributaron al 10 % de IVA cuando tenían que haberlo hecho al 21 %) ha despertado un enorme revuelo en el sector.

Después de que Levante-EMV adelantara ayer la reclamación que está realizando la Dirección General de Tributos y los anuncios de inspecciones en ciernes, la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico (Fedao), patronal que agrupa a los centros ópticos de España, afirmó ayer que si Hacienda se aplica este criterio de interpretación «estará arruinando a un sector que vela por la salud visual de los españoles y que, creemos es el sistema de atención primaria de todo problema visual en España».

Según Fedao, el cambio de criterio «no solo afecta a los ópticos-optometristas, el último eslabón de la cadena, sino que afecta desde el importador, fabricante, distribuidor, cadena y grupo de óptica. Son más de 700 empresas grandes de óptica y creemos que un 15% no sobrevivirá a esta situación. Además, las cerca de 1.000 ópticas pequeñas que estimamos no podrán soportar esa carga fiscal debido a su situación», añaden. En la Comunitat Valenciana hay en torno a 1.100 centros ópticos.

Según añade el equipo técnico de Fedao, el impacto de este IVA retroactivo que les reclama Hacienda dependerá de la estructura fiscal de cada establecimiento. «Una sociedad podrá desgravarse ese IVA en la siguiente declaración; una óptica en módulos o recargo de equivalencia debe abonar el importe y, de ningún modo, recuperará el dinero», señalan.

Hablan de una «crisis inmensa». Según sus cálculos, el 35% de las 3.000 ópticas en recargo de equivalencia no podrán superar esta situación. El 15% de las empresas de óptica no podrán pagar y no podrán cobrar el IVA repercutido. En total, 8.000 nuevos desempleados y 1.100 empresas cerradas, pronostican.

La patronal de las ópticas defiende que «las monturas son un producto sanitario que debería seguir gravando al 10%». Fedao asegura que tienen constancia de que ya se están inspeccionando a empresas importadoras que comercializan sus productos a las ópticas. Del mismo modo, hay diferentes procesos de inspección, incluso en puntos de venta-ópticas, de periodos previos a la ley de 2015, aunque la ley les ampara en esa época.

Fedao asegura que no tira la toalla ante este obstáculo surgido. «Seguiremos explorando y trabajando todas las vías (tanto políticas, como sanitarias y judiciales) para que, de la mano del Colegio Nacional de Ópticos Optometristas, logremos sacar al sector de esta horrible situación. Todos, desde el importador al óptico-optometrista, se verá afectado por una decisión totalmente incomprensible para nosotros», afirma Fedao.