Sólo hay constancia, en la abundante documentación remitida a las Corts Valencianes, de que sucediera una vez, pero lo cierto es que el expresidente de Feria Valencia, Alberto Catalá, pasó un cargo con la Visa de la institución cuando hacía siete meses que había dejado la responsabilidad en la entidad que ostentó desde diciembre de 1999. La citada documentación ofrece información detallada sobre los gastos de representación de los máximos responsables de la Feria. Alberto Catalá fue uno de los que más uso hizo de la tarjeta Visa. El último cargo del que hay constancia „la información fue elaborada por la entidad a instancias de la fiscalía anticorrupción, que en diciembre archivó el caso al considerar que el despilfarro no es delito„ es del 29 de octubre de 2013 y corresponde a un pago de 3,60 euros en una autopista de Madrid. Aquel día fue en el que Catalá presentó su dimisión como presidente de Feria Valencia. Le sucedió el máximo dirigente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González.

Pues bien, el 21 de junio de 2014, CaixaCard, en la liquidación del mes anterior, cobró a Feria Valencia 13,30 euros por un gasto de Alberto Catalá en la Autopista Mare Nostrum: 6,65 a la una del mediodía del 28 de mayo y otros 6,65 a las seis de la tarde.

El altísimo ritmo de gastos que Catalá cargaba a la institución contrasta con la actuación de su sucesor, quien no hizo gasto alguno con la Visa adjudicada al presidente a lo largo de 2014, que es el último ejercicio del que se han facilitado datos. Sí aparecen algunos del director general, Enrique Soto, pero son escasos y, en su mayoría, por pequeñas cantidades relacionadas con parkings y peajes. Nada que ver con la etapa de sus antecesores Belén Juste y Carlos Vargas.