La caída de la actividad de la estiba ha provocado ya el desvío de seis buques desde la noche del pasado viernes, y la paralización de 6.000 contenedores.

Es un primera balance realizado en el puerto desde que la marcha lenta comenzara en las terminales del recinto del Grao el pasado jueves a las 20 horas (coincidiendo con la retirada del preaviso de huelga y el preacuerdo para sentarse a negociar esta próxima semana) hasta la mañana de este sábado, cuando la productividad había caído un 35%.

En apenas 48 horas, seis barcos se han desviado con su carga a otros puertos. Además, la operativa que las navieras suelen realizar en un día se está demorando en esta ocasión, con el incremento del coste. Cada barco parado un día en el puerto cuesta 50.000 euros.

En cuanto al impacto sobre el transporte por carretera, las mismas fuentes señalan un incremento del coste para los transportistas del 25%.

Desde el puerto aspiran a que esta caída de rendimiento, que al parecer solo se está produciendo en el recinto valenciano, sea abordada en la reunión que se celebra el martes entre los sindicatos y la patronal nacional de la estiba Anesco con la mediación del Ministerio de Empleo.

En estos momentos, los puertos españoles están con la respiración contenida ante la negociación sobre el decreto que debe aprobar el Gobierno para cumplir con la orden de la Comisión Europea y liberalizar la estiba. El sindicato Coordinadora reclama a la patronal que acepte negociar sobre subrogación laboral y contiuidad, requisitos de profesionalidad y la gestión de la relación laboral de los trabajadores portuarios.

En apenas dos días, el impacto de la caída de rendimiento ha provocado el desvío de seis buques. Por comparar, el otro momento reciente de tensión en Valencia, en el pasado mes de agosto, hizo que las navieras que escalan en Valencia redireccionar unos 40 buques a otros puertos.