La semana pasada la aspirante - no confirmada formal ni oficialmente- a la presidencia provincial del PP, Mari Carmen Contelles, aparecía en los medios de comunicación fulgurante y sonriente con su melena rubia bañada por el sol de la tarde en el Parque de Cabecera. Ni siquiera se había vestido especialmente para la ocasión e imagino que la cazadora roja que llevaba era la del día a día y ni ella, ni nadie pensó en qué debía ponerse.

Porque el valor de esa foto no estaba tanto en ella, que también, sino en la pléyade de cargos y militantes relevantes e irrelevantes de su partido, que posaban detrás de ella y a los que se le podía identificar fácilmente porque «daban la cara». Todos, también risueños y algunos de ellos poco atentos a las indicaciones de los dos fotógrafos de prensa que finalmente pusieron orden al desconcierto de un acto casi impulsivo con el que se quería mandar un mensaje. La foto no era tanto el contenido como el mensaje. Un mensaje polisémico, diría yo.

Básicamente, para los no iniciados, Contelles se presentará, como anunció este diario, a disputar la presidencia al actual líder, Vicente Betoret, y parece tener el apoyo de la gran mayoría. Su cónclave decidió montar la foto -al estilo de cartel electoral- para que sirviera de respaldo visual a la notificación oficial que tendría lugar en la junta directiva. Pero esa reunión la abortó Madrid, con lo cual no hubo oportunidad de hacerlo. El grupo que ayuda a Contelles optó, no obstante, por seguir adelante con la realización y publicación de la foto en la seguridad de que se si se hacía pública no habría marcha atrás. Así es que se convocó a toda la gente y se filtró a la prensa. Cogió el camino sin retorno. Esa noche y al día siguiente se difundía con el titular, más o menos, de que suponía una demostración de fuerza de su candidatura más que evidente.

La foto, en sí misma, contenía varios mensajes: 1. Contelles lidera esta candidatura. 2.- Le apoya toda la gente de detrás y más€ pero podría apoyar a cualquier otro que no fuera Betoret. 3.- No se presentaría si no tuviera todo ese respaldo 4.- No es un objetivo individual sino colectivo. 5.- Detrás hay equipo, cohesión y unidad.

Esa foto y su escenografía eran deudoras de tantas y tantas campañas de publicidad de empresas que quieren transmitir justamente el mismo mensaje de equipo, de colectividad, de unión frente a un reto, de responsabilidad compartida. Piensen en fábricas que construyen productos, en marcas que los venden, en la apertura de grandes establecimientos, inauguraciones oficiales€ El formato está tan interiorizado en el imaginario público que, si me permiten la confidencia, no fue un asesor de prensa quien la sugirió.

El lenguaje y el mensaje eran tan claros que -también para los no iniciados- no han sido necesarias ni una nota de prensa, ni una declaración para que la candidatura se dé por presentada. La comunicación no ha podido ser más conceptual pero todos la han entendido. Tomen nota. La imagen es tan importante que nunca puede ser la opción más barata.