Años de conflicto, incluso ante los tribunales, y la reciente integración de la patronal metalúrgica de la provincia (Fempa) en la nueva organización empresarial autonómica CEV -cuya estructura no reconoce Coepa- han acabado por determinar a la sectorial alicantina del metal a abandonar la patronal provincial, después de 39 años participando en sus órganos. Fue uno de los fundadores.

Fempa comunicó a Coepa a finales de julio que causaba baja, unos meses después de que en marzo la metalúrgica decidiera entrar en la nueva patronal autonómica, asegurándose, además, un sillón en el comité ejecutivo. Ya entonces su presidente, Guillermo Moreno, anunció que Fempa abandonaría la Confederación alicantina cuando se culminase el proceso de integración en la CEV, que preside Salvador Navarro.

Formalmente, esta aún tiene pendiente la aprobación definitiva de la reforma de sus estatutos que convierten su ámbito anteriormente provincial (València) en autonómico. Pero este es sólo un trámite formal, por lo que la salida de Coepa sólo era cuestión de tiempo. La ruptura estaba anunciada. Y se produjo a los pocos días de que Fempa también abandonara la patronal las pymes (Cepyme), con cuyo presidente, Cristóbal Navarro, hacía tiempo que se había distanciado.

Sectorial representativa

Sobre Coepa, el metal asegura que «ya no había comunicación, no nos convocaban a las asambleas», señalaban fuentes de Fempa, una de las sectoriales mas fuertes de la patronal provincial (representa a unas 2.700 empresas). Tampoco gustaban a la federación del metal, desde hace años encuadrada en el sector crítico, los «pronunciamientos» que dirigentes de la patronal venían realizando con respecto a la nueva configuración del mapa empresarial autonómico. Además, Fempa tampoco estaba de acuerdo con el nuevo «enfoque» el nuevo «rumbo» tomado por Coepa, que pese a salir del concurso de acreedores, debe cumplir un plan de viabilidad acordado. Un compromiso para el que necesita liquidez y su economía va nutriéndose muy poco a poco. Cuenta con los ingresos de las cuotas de los socios y no registra gastos. De hecho, Fempa apostó en su momento por la disolución de la patronal y crear una nueva organización, adecuándose al nuevo escenario económico.