La fuga de cientos de empresas de Cataluña hacia otras comunidades no va a ser el único impacto en materia económica que puede sufrir ese territorio fruto de la incertidumbre política y jurídica que vive por el desafío independentista. Las dudas que genera a medio plazo la situación de Cataluña se han contagiado hacia otros sectores, como el turismo de congresos, hasta el punto de que algunos operadores ya se estarían replanteando la elección de Barcelona como sede.

En este río revuelto, el Palacio de Congresos de València ha recibido en los últimos diez días al menos cinco llamadas de agencias organizadoras de congresos internacionales y de alguna sociedad particular, según ha sabido este diario.

Aunque no se hace mención expresa a la crisis política de Cataluña, la incertidumbre en el ambiente está haciendo que algunos organizadores que ya tenían claro su destino y no habían elegido València vuelvan a mirar a esta ciudad (posiblemente también a otras), preguntando precios y disponibilidad. No obstante, otros recintos como Feria València no habrían recibido ninguna consulta en este sentido.

No se trata de traslados inmediatos, sino más bien de consultas para tantear otras alternativas. Hay que tener en cuenta que este tipo de congresos se organizan con tiempo, con programación a uno o dos años vista. Este tipo de cambios suelen producirse en destinos que sufren inestabilidad repentina, como una serie de atentados como la que sufrió Estambul y que la ha relegado como sede para congresos y eventos.

Reconocimiento

Y lo cierto es que en esta crisis Barcelona se juega mucho. Precisamente, la ciudad acaba de recibir el reconocimiento de los World Travel Awards como mejor destino de reuniones y conferencias del 2017. Es la tercera ciudad del mundo, atendiendo a los datos de 2016, cuando acogió 181 congresos internacionales, frente a los 196 de París y los 186 de Viena.

En total, acogió 1.974 actos de lo que se conoce como turismo MICE, con jornadas y convenciones además de congresos. Es uno de los segmentos más suculentos para una ciudad, ya que el viajero gasta mucho más que el turista media.

Reservas

Tras constatarse una caída en el ritmo de reservas, el sector hotelero teme ahora que este contagio llegue a aspectos concretos de su público objetivo. Y se miran con recelo los movimientos de otras grandes capitales, como Madrid, que aspiran a capitalizar la crisis catalana y atraerse grandes eventos de alcance global, como el Mobile World Congress, que Cristina Cifuentes ya pidió para la capital hace un tiempo con el pretexto de la inestabilidad política en Cataluña. El hecho de que reciba importantes ayudas del Estado para captar a la organización alimenta las dudas.

Se trata, en todo caso, de grandes eventos que una ciudad como València no podría acoger, simplemente por falta de capacidad hotelera.