Una huelga general convocada por la mayor central obrera de Argentina y una batalla campal desatada en los alrededores del Parlamento, con decenas de heridos y detenidos, rodean hoy el tenso debate de la polémica reforma del sistema de pensiones que impulsa el Gobierno de Mauricio Macri.

Tras el fallido intento de sacar adelante la ley la semana pasada, también en medio de violentas protestas, el oficialismo logró hoy quórum para iniciar la discusión del proyecto en la Cámara de Debate, pero, a la par, se desató un fuerte enfrentamiento entre la policía y parte de los numerosos manifestantes contrarios a la iniciativa.

Una lluvia de piedras contra los efectivos de seguridad, a la que siguió el derribo de parte del extenso vallado en torno al palacio del Congreso, fueron los primeros incidentes a los que la policía respondió con disparos de balas de goma y gases lacrimógenos.

Los disturbios se extendieron luego hacia otros sectores del centro de la ciudad, mientras el grueso de los manifestantes que no participó de los incidentes se retiraba y entraba en acción la Gendarmería y la Policía Federal.

Hasta el momento, el enfrentamiento ha dejado al menos 15 efectivos policiales heridos y en torno a una decena de manifestantes también lesionados, además de varios detenidos.

Puertas adentro del Congreso, los diputados no han iniciado aún el debate de fondo del proyecto ya que los opositores solicitan la palabra de forma especial para reclamar que se levante la sesión o, al menos, se pase a un receso, hasta que se termine con la violencia en las calles.

"Es un despropósito que sigamos sesionando en este marco. Les pido que reflexionen porque esta es una situación gravísima. ¡Levantemos esta sesión para evitar la violencia en la Argentina!", pidió Agustín Rossi, del kirchnerista Frente para la Victoria.

Otros recordaron las violentas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001, en las que hubo una treintena de muertos y marcó el fin de la Presidencia de Fernando de la Rúa, y reclamaron evitar que se repita una "masacre" como aquella.

El diputado socialista Luis Contigianni expresó su "repudio a los violentos", pero afirmó que nadie podrá "menoscabar" la jornada de protesta en la que "se manifestaron 500.000 personas" en Buenos Aires.

Además del caos en las calles de Buenos Aires, la Confederación General del Trabajo (CGT), la mayor central obrera del país, se ha declarado desde el mediodía de hoy en huelga general contra la iniciativa, una medida que afecta por 24 horas al transporte, la banca y otros servicios públicos.

La reforma busca modificar la fórmula para calcular los aumentos de los pagos por jubilaciones, que, según el Gobierno, permitirá a los retirados ganar más en 2018, en contra de lo que aseguran la oposición y los sindicatos, que denuncian que el cambio constituye una rebaja en los ingresos de los jubilados.

"Constituye una rebaja de los salarios de jubilados, pensionados y los sectores más vulnerables de la sociedad", denunció Juan Carlos Schmid, uno de los tres secretarios generales la CGT, al anunciar hoy la huelga.

Once de los 24 gobernadores de Argentina se reunieron hoy con funcionarios del Ejecutivo para mostrar su apoyo a la reforma, pese al fuerte rechazo social.

Los mandatarios provinciales han firmado semanas atrás un pacto fiscal sellado con el Ejecutivo que implica, entre otras cosas, giros de fondos de la Nación hacia las provincias que, en parte, saldrían del ahorro que se generaría por la reforma en el sistema de pensiones.