La Caixa Rural La Vall San Isidro, cooperativa de crédito valenciana con sede en la Vall d'Uixó, someterá a aprobación el 26 de marzo su integración en el grupo cooperativo Solventia, una agrupación de seis pequeñas cajas rurales liderada por Caja Almendralejo (Extremadura). La entidad castellonense, que no quiso explicar sus motivos a Levante-EMV, ha convocado una asamblea general extraordinaria para autorizar al consejo rector a adherirse al sistema institucional de protección de Solventia.

La Vall San Isidro es una de las pocas rurales valencianas que hasta ahora se ha mantenido como independiente. Dieciocho de ellas están integradas en el grupo cooperativo Cajamar, el más grande de España, con sede en Almería pero con buena parte de su negocio en la C. Valenciana.

Cajamar es uno de los dos sistemas institucionales de protección que operan en España. El otro es el que forma desde 2011 Solventia, es decir, Caja Almendralejo y sus asociadas de Córdoba y Sevilla: las Cajas Rurales de Adamuz, Baena, Cañete de las Torres, Nueva Carteya, Utrera. Seis pequeñas cajas de un volumen similar, en una relación más equilibrada que la de Cajamar y sus asociadas. No deja de sorprender, en todo caso, que la Vall no apueste por Cajamar, dado que ya es accionista del Banco de Crédito Social Cooperativo que lidera la caja vinculada a la C. Valenciana.

La situación de la entidad castellonense no es muy boyante. Cerró 2016 con unas pérdidas de 3,2 millones. Hasta septiembre de 2017, era la única valenciana con un resultado negativo, concretamente de 186.000 euros. Fuentes del sector sitúan la alianza con estas cajas del sur de España en el último cambio en la regulación, que anima a las independientes a constituir un mecanismo institucional de protección, o adherirse a alguno de los dos existentes (Cajamar o Solventia).