Efe, Madrid

El presidente de Metrovacesa, Joaquín Rivero, y la familia Sanahuja han llegado a un acuerdo para repartirse la compañía de manera equitativa, aunque los términos exactos de la operación se estaban negociando anoche, con la voluntad de «trabajar rápido» para cerrar el trato cuanto antes.

De esta manera, Rivero y los Sanahuja han decidido poner fin a casi un año de duros enfrentamientos, que tienen su origen en la lucha por el control de Metrovacesa.

En virtud del principio de acuerdo alcanzado, Rivero y su socio, el empresario valenciano Bautista Soler, se quedarán con Gecina, la filial francesa de Metrovacesa, mientras que los Sanahuja tomarán las riendas de la mayor inmobiliaria española.

Negociación compleja

Según informaron fuentes cercanas a la negociación, la operación, que «es muy compleja» , se llevará a cabo mediante una compensación de activos, dado que Gecina es mayor que Metrovacesa.

En este sentido, Rivero tendrá que ceder a la familia catalana unos 2.000 millones de euros en activos, en tanto que los Sanahuja aportarán al empresario jerezano propiedades por importe de 400 millones, según las mismas fuentes.

Gecina, con una capitalización de casi 8.900 millones de euros, cerró el pasado ejercicio con un beneficio neto de 1.778,63 millones de euros, un 173,7 por ciento más que en 2005. Metrovacesa, que prevé superar un beneficio de mil millones de euros en 2006, se hizo con Gecina en marzo de 2005 a través de una opa, tras la que la inmobiliaria española controla el 68,54 por ciento de su capital social.

Tras la guerra de opas protagonizadas el año pasado por Rivero y los Sanahuja, el presidente de Metrovacesa (junto a Soler) controla el 33,15 por ciento de la inmobiliaria, en tanto que la familia catalana cuenta con un poco más, dado que su participación se eleva al 39,62 por ciento del capital.

Las fuentes consultadas esparaban incluso que el acuerdo se cerrara durante la madrugada de hoy, en cuyo caso el trato sería anunciado previsiblemente esta misma mañana.