Apenas horas después del pistoletazo de salida de esta nueva campaña electoral los socialistas valencianos ya hemos recorrido la Comunitat de sur a norte. Arrancamos nuestra precampaña en Albatera, en la Vega Baja, iniciamos el camino al 26 de junio en Elx y, en el primer fin de semana ya hemos pasado por Monroyo (Teruel), Morella y Vinaròs, haciendo escala en Valencia, Alaquàs y Enguera. De eso se trata cuando decimos que queremos coser la Comunitat, de llevar nuestro mensaje a cada rincón de esta tierra en la que todas las comarcas cobran un papel fundamental para el cambio. El ritmo de los primeros días está siendo brutal, aunque nuestra estrategia de campaña está planificada de menos a más. En todos los actos que ya hemos realizado percibimos la presión virtual, que no real, que se ha trasladado al partido socialista desde encuestas y análisis. Y digo virtual porque lo que en realidad hemos notado en cada comarca es que la gente sigue estando comprometida y decidida a extrapolar el cambio que ya notan desde hace un año en la Comunitat a España. Los socialistas valencianos vamos a nuestro ritmo, sin mirar por el retrovisor, atentos a la carretera electoral y ajenos a la carrera por los adelantamientos. Preferimos mirar hacia adelante, paso a paso, con el único objetivo de desalojar a nuestro rival, el PP de Mariano Rajoy. Porque los valencianos ya saben cómo se vive después de 20 años de gobiernos populares encadenados. Porque el cambio en Valencia, Alicante y Castelló ya se puede tocar. Y no hay mejor ejemplo que los hechos para que vuelvan a confiar en nosotros para pilotar España. Se lo estamos haciendo ver no sólo con nuestros actos, donde damos la palabras a vecinos y vecinas de cuantas localidades recorremos, sino a través de las redes sociales y las nuevas tecnologías en una campaña cercana y festiva que el próximo sábado recibirá la visita de nuestro candidato, Pedro Sánchez. Hasta entonces, seguiremos con nuestra caravana para seguir explicando a todo el que nos quiera escuchar que si el cambio funciona aquí, por qué no iba a hacerlo en Madrid.