De tan tranquila, la jornada electoral fue ayer en la Marina Alta sosa y anodina. Nada la agitó. En Dénia, uno de los colegios cerró media hora más tarde porque se les cayó al suelo una urna. En Xàbia, una de las anécdotas fue que un vecino de unos 60 años llegó a la mesa del instituto Número 1 patinando. Subió las escaleras con sus patines. Rodó hasta la urna, depositó el voto y volvió a salir sobre ruedas. En este mismo colegio, hicieron acto de presencia residentes británicos para preguntar sobre la posibilidad de sacarse el pasaporte español. El «Brexit» les arrebata el derecho de poder votar en las elecciones municipales. Y no quieren perderlo. La numerosísima colonia británica teme perder influencia, convertirse, políticamente, en invisible.