Felipe González se definió en una ocasión a sí mismo, y en general a los expresidentes del Gobierno, como "jarrones chinos grandes en apartamentos pequeños", piezas que no se retiran del mobiliario porque se supone que son valiosas pero que cada vez "estorban más en todos los sitios".

El despacho que Juan Carlos Rodríguez Ibarra, disfruta como expresidente extremeño ya ha costado dos millones de euros desde 2007. Todos los gastos del local -situado en Mérida, la capital regional- y de 315 metros cuadrados corren a cargo de la Asamblea de Extremadura, "cualquiera sea su importe", según acreditan los documentos oficiales.

Lo cierto es que los excesos que denuncia la oposición extremeña: PP e IU, se justifican gracias al "Estatuto del expresidente", que se aprobó días antes de que Rodríguez Ibarra abandonase el cargo. Tanto el PSOE como el PP aprobaron este documento.

Tras su retirada, el exlíder socialista en Extremadura renunció al sueldo que le correspondía como expresidente autonómico, y se quedó con el despacho, para gestionar su actividad profesional. Esto ocurrió en 2007 y, desde entonces, los gastos no hicieron más más que aumentar.

El piso de lujo en el que se ubicó el despacho primero fue alquilado por la Asamblea extremeña por 2.500 euros al mes, a lo que se sumó el coste de la remodelación de la oficina. Más tarde, el organismo legislativo compró el inmueble por 500.000 euros. En total, toda la operación ascendió a un millón de euros.

A partir de ahí, el despacho de Ibarra ha ido acumulando gastos suntuosos, con el visto bueno del Parlamento extremeño.

Una lámpara de 679 euros

Una vez establecido, el expresidente se gastó 242.000 euros para las dotaciones interiores del local: 3.050 euros para un sofá Le Corbusier, 579 euros en un perchero, 679 en una lámpara, 222 en un cenicero-papelera o 1.800 en una alfombra roja. Esto es, 315 metros cuadrados a todo lujo, en el que Ibarra cuenta con una sala de estar anexa a su despacho, una oficina para su jefe de gabinete, otro para un asesor, una sala más para sus escoltas, dos salas de espera y una secretaría. En total, Ibarra tiene a su disposición cuatro empleados, contando el chófer, cuyas nóminas cuestan a las arcas públicas 88.000 euros al año. Por supuesto, no faltan otros empleados de seguridad, a los que el Parlamento extremeño les abona cada mes un complemento específico extra, que suponen al año otros 55.000 euros, además de los gastos de desplazamientos, cada vez que el expresidente viaja.

Para estos viajes, Ibarra cuenta con cuatro vehículos a su disposición, uno de ellos un Audi A8 que, con todos los extras, costó más de 56.000 euros. Los otros tres vehículos para el séquito son un Audi A6, un Peugeot 407 y un Citroën C5. En gasolina, la Asamblea ha abonado 90.835,05 euros, en tres años, además de otros 55.444,28 euros en concepto de reparaciones de los coches.

Además, Ibarra también pasa facturas de sus regalos personales, entre los que hay partidas muy reseñables. Por ejemplo, una tiene como epígrafe el de "suministros de lencería y vestuario", por valor de 598 euros. Ibarra también costea a través de los fondos públicos su regalo a la presidenta de la Junta por su maternidad, cuando le envió dos centros de flores de 68,48 euros, y de 95,88 euros. No es la única factura de flores: ente las partidas se encuentra una de 3.020 euros y otra de 811 de las que no figura el destinatario.

Otra partida controvertida es el gasto de 812 euros en botellas de vino. Ibarra también cuida el buen aspecto de su personal, para lo que hizo comprar nueve uniformes, que costaron 600 euros cada uno. Junto a ella, aparecen otros gastos de vestuario: camisas, americanas y trajes, sin especificar.

Por último, la obsesión de Ibarra por la prensa es total. La oficina se ha suscrito a la base de datos de varios diarios regionales y se compran a diario todos los periódicos de tirada nacional y regional, incluso cuando el expresidente pasa los fines de semana en Olivenza.. Todo ello supone un gasto anual de 6.975,18 euros.

Cada autonomía trata de forma diferente

a sus exdirigentes

Todas las comunidades autónomas, excepto Cantabria, cuentan con leyes o decretos en los que se recogen las prestaciones materiales de las que disfrutan sus expresidentes. Así, Aragón, Asturias, Baleares, La Rioja y Murcia, solo se pagan dietas por gastos de viaje a actos a los que el exmandatario hubiera sido invitado. En Canarias,, sí se establecen "compensaciones económicas" o tiene derecho a utilizar los medios materiales o personales que el Gobierno determine", si bien está a falta de concreción. Navarra se limita a pagar un mes adicional de sueldo al exjefe del Ejecutivo, más una prestación mensual del 80 % del sueldo estipulado para el cargo por un máximo de dos años, siempre que el expresidente no encuentre otro trabajo fijo.

En Galicia, también cobran una paga durante dos años, aunque de solo el 60 % del sueldo, unos 50.000 euros al año. En Castilla-La Mancha se les asigna un coche oficial, un chófer y un trabajador por la mitad del tiempo que ejercieron el cargo y durante dos años forman parte del Consejo Consultivo. En Madrid y Castilla y León pasan a ser miembros del Consejo Consultivo con carácter vitalicio, con un sueldo de cerca de 70.000. En el País Vasco, tienen una secretaría, con una persona, coche oficial y un conductor. Al cumplir los 65 años, cobran una pensión por el 50% de los que cobre el lehendakari vigente.

En Andalucía la indemnización es del 60% del sueldo del presidente, más una oficina. En Cataluña tienen una situación similar, además de un sueldo mensual del 80 % del salario del jefe del Ejecutivo catalán. Por último, en la Comunitat Valenciana, además de pertenecer al Consejo Consultivo durante el mismo tiempo que ejercieron de presidentes, los exmandatarios tienen derecho a una oficina, con dos trabajadores y coche oficial.