La irrupción de la tecnología híbrida en el mercado del automóvil ha arrastrado a la práctica totalidad de los constructores, conscientes de la importancia de la electricidad para el futuro de la movilidad. Unos avanzados sistemas de propulsión cuya evolución natural les ha llevado a incorporar nuevas soluciones como la de la posibilidad de enchufarse a la red para aprovechar aún más esta energía alternativa. Éste es el caso del protagonista de esta tercera entrega de nuestras Rutas Híbridas, el Mercedes-Benz GLE 500e. Con el máximo exponente de la gama SUV de la firma alemana hemos recorrido la comarca castellonense de Els Ports, en un trayecto diseñado por Temps, el club de alojamientos y restaurantes de interior de la Comunitat Valenciana, en el que gastronomía, arquitectura y tradición se han unido a la más alta tecnología de propulsión y confort de la industria del motor.

El GLE 500 e 4MATIC híbrido enchufable combina la potencia y el confort de un motor V8 con un ajustado consumo y la polivalencia de un SUV de lujo. Para ello, recurre a un conjunto propulsor está compuesto de un motor de gasolina V6 BlueDIRECT de inyección directa de 333 cv y un módulo híbrido con una potencia eléctrica de 85 kW, o lo que es los mismo, 116 cv. Con todo ello, los valores de par máximo se situan en 650 Nm lo que, unido a la función boost, le dota de una notable aceleración y capacidad de respuesta y recuperación en todo momento. En su vertiente más eficiente, su innovador sistema de propulsión le permite conducir en modo exclusivamente eléctrico hasta 130 km/h, con un inteligente sistema recuperación optimizada de la energía. Además, este modelo puede recorrer hasta 30 kilómetros en modo puramente eléctrico sin producir emisiones directas.

Conducción inteligente

De esta manera, y tras haber cargado de manera convenientemente la batería en la red doméstica, el GLE 500e se encontraba listo para emprender una ruta con destino a la comarca de Els Ports. Para «llenar» de electricidad esta unidad de ión litio se tarda alrededor de 4 horas en un enchufe tradicional, aunque este tiempo se reduce a 2 horas en una base de carga mural o en una estación pública. Un perfecto punto de partida para afrontar los más de 400 kilómetros de viaje de ida y vuelta desde Valencia en los que autopistas, carreteras nacionales y secundarias y pistas de tierra iban a poner a prueba a este SUV de representación.

El primer tramo del trayecto lo acogía la autovía A7, el marco perfecto para que el modelo germano mostrara toda la excelencia y suavidad de conducción. No obstante, no era éste el mejor escenario para poner de manifiesto sus dotes más eficientes al tener que recurrir de manera constante al motor de gasolina para mover al GLE en este tipo de vías y, elevar de esta manera sus consumos hasta casi los 9 litros de media. Una vez en la Pobla Tornesa, y tras haber recorrido casi 100 kilómetros, el panorama se volvía más favorable para nuestra prueba. Era el turno de circular por la carretera CV10, en la que poder sacarle más partido a los diferentes modos de conducción que ofrece el GLE 500e. En este sentido, una conducción anticipativa se presenta como la mejor estrategia para conducir con eficiencia. Ello conlleva a no accionar de manera innecesaria los pedales de freno y acelerador, algo que adquiere mayor importancia en un modelo híbrido, donde las maniobras de frenado no se utilizan solamente para retener el vehículo, sino que pueden aprovecharse para recuperar energía cinética.

De esta manera, y en dirección Villafranca, el todoterreno germano se movía con soltura por un divertido y sinuoso tramo de curvas que nos iba a llevar a subir el Puerto de Ares. En esta ocasión nos encontrábamos ante otro de los puntos clave a la hora de conducir un híbrido, ya que un factor que tiene una gran influencia en la carga y descarga eficientes de la batería de alto voltaje es la topografía de la carretera y el tráfico. Por eso, la gestión inteligente de la propulsión asiste al conductor de forma amplia con estrategias de regulación específicas a practicar un estilo de conducción lo más eficiente posible.

La estrategia de regulación tiene como fin, por ejemplo, conseguir que la batería esté completamente descargada al final de un ascenso, a fin de ahorrar combustible y de que la batería pueda recargarse de nuevo durante el descenso. Para ello, y ante este trayecto específico, el GLE 500e nos ofrecía alternativas de gestión como la de E-MODE con una conducción en régimen exclusivamente eléctrico.

Suavidad eléctrica

Siempre y cuando se disponga de carga, el funcionamiento del propulsor eléctrico es más que destacable, si se tiene en cuenta el volumen de este modelo y un peso de casi 2 toneladas y media. Así pues, el SUV de la firma de la estrella se desenvolvía con soltura por estos revirados trazados, rodeados de un entorno natural de gran belleza en el que el gris la roca y el verde de la vegetación son los colores predominantes. Un trayecto que nos llevaba dirección a Cinctorres pasando por enclaves dignos de admirar como la Mare de Deu de la Font o la Ermita de Castellfort.

A mitad de camino, la Rambla Celumbres suponía el inicio de un test por pistas forestales entre pinos y un río donde el silencio del modo eléctrico eran los mejores aliados para disfrutar de este paraje. Tras una corta vuelta al asfalto la tierra era de nuevo la protagonista para visitar la antigua aldea de Sarañana de Todolella y de nuevo circular por carretera para pasar por. Una excusa perfecta para recargar la batería antes de llegar a una ciudad como Morella, donde la quietud del GLE 500e no alteraba en lo más mínimo su sosegado e histórico ambiente.