La nueva temporada de nuestras Rutas Híbridas por la Comunitat Valenciana arrancó con un auténtico viaje por el tiempo.... iniciamos el día con el cielo nublado, recorrimos gran parte del itinerario con el Sol sobre nuestras cabezas y cerramos la jornada con una nevada antológica. Menos mal que para esta ocasión contamos con uno de los todocaminos más fiables y avanzados del mercado, el Mitsubishi Outlander PHEV.

Se trata de la versión híbrida enchufable del SUV japonés y del coche con carrocería todoterreno de estas características más vendido en nuestro país, gracias a un precio inigualable que parte de algo menos de 40.000 euros. Cuenta con un motor térmico y tres eléctricos, de los cuales dos se destinan a propulsar el coche y otro más pequeño apoya acciones como el arranque de la unidad de gasolina o la calefacción del habitáculo, para no restar autonomía a las baterías. En total el coche ofrece 203 cv de potencia y gracias a la ubicación de uno de los propulsores eléctricos en el eje trasero, se disfruta de una efectiva tracción 4x4 inteligente. Puede rodar en modo 100% eléctrico durante 54 kilómetros según Mitsubishi (en la práctica real se reduce a algo más de 30 km), lo cual es más que suficiente para la autonomía diaria de la mayoría de usuarios. Durante la marcha se puede recupera energía mediante las frenadas y en parado el coche se recarga en la red domestica en cinco horas (tres y media con un cargador de pared) y en tres cuartos de hora en un punto de recarga rápida.

Con todo este despliegue de medios, era tal la confianza que teníamos en el Mitsubishi, que iniciamos la ruta en contra del sentido común y de todas aquellas advertencias que nos recomendaban no viajar a unas de las zonas más castigadas por el temporal de frío que sufrió la Comunitat Valenciana a mediados de enero. Cargados de valor, gasolina y energía, comenzamos nuestra aventura hacia el Alto Mijatres con los primeros rayos de una luz que apenas se colaba entre las nubes que cubrían Valencia.

La ruta comenzó con un largo trayecto que combinaba vías rápidas y carreteras convencionales. Fueron más de 80 kilómetros que discurrieron por la Autopista del Mediterráneo A-7, la CV-10 y posteriormente por la CV-16, buscando nuestro primer destino, la población castellonenese de Alcora. Este primer v nos sirvió para experimentar el buen trabajo que ha hecho Mitsubishi a la hora de dotar al Outlander de un mayor confort de marcha y de una elevada calidad de vida a bordo. Gracias a las revisadas suspensiones, se siente una mayor estabilidad y por tanto se disfruta de una seguridad superior, mientras que algunos cambios estructurales dotan a este modelo de una insonorización del habitáculo envidiable. Si a esto se le une el silencio de los motores eléctricos, se obtiene uno de los coches más silencioso del mercado.

Unos kilómetros antes de abandonar la autopista hacemos uso de la función ´Save´, que reserva energía de las baterías para poder transitar por poblaciones con propulsión eléctrica. El Outlander PHEV también disfruta del sistema ´Charge´ que fuerza la recarga de las mismas para este mismo fin. A Alcora llegamos con una buena autonomía eléctrica y con una media de consumo que supera en poco los 7 litros.

El primer lugar que visitamos en esta localidad repleta de historia es la Ermita de San Vicente (1598), a apenas un kilómetro del casco urbano. No sólo es bonita la edificación, sino todo el paraje que la rodea, donde existen rincones de auténtico ensueño. Tras pasar por otros atractivos de esta ciudad como las Termas romanas de Santa, la Torre del Repés, el Castillo de l'Alcalatén, la Capilla de Marco, o la Iglesia Parroquial de la Asunción, abandonamos el municipio con un consumo que 6,7 l/100, gracias a haber rodado principalmente con energía eléctrica mediante la inteligente gestión de motores que brinda este modelo.

Seguimos nuestro viaje por la carretera CV-190 en dirección Lucena del Cid, para visitar el castillo de l'Alcalaten. El ascenso hasta el mismo por caminos forestales nos permite ver cómo se comporta el Outlander PHEV fuera del asfalto. Pese a no ser un tramo en absoluto exigente, sí que observamos la maestría con la que se combinan los diferentes tipos de tracción y las sinergias entre la propulsión de combustión y eléctrica para disfrutar de una conducción tan segura y placentera como divertida.

Después de visitar el castillo continuamos nuestra ruta pasando por las localidades de Figueroles y Lucena del Cid, para después afrontar el puerto de montaña de "el remolcador" donde nos incorporamos a la CV-175 dirección Villahermosa del Río. En este tramo y tras pasar la localidad de Cedraman nos encontramos con una carretera realmente preciosa que discurre entre altísimas montañas con paredes de piedra infinitas y escarpados acantilados.

Al mirar el ordenador de a bordo nos damos cuenta de que, sin darnos cuenta ya que gracias a la gestión eléctrica los esfuerzos del Outlander PHEV son inapreciables, hemos sometido al coche a un gran sobreesfuerzo que se refleja en los más de 8 litros a os cien de consumo. Es por tanto hora de retomar fuerzas en un lugar ideal para ello, en la Masía Mar de la Carrasca. Pero hasta llegar a ella nos aguardaba una última sorpresa.

Este lugar está tan apartado de la estresada ´civilización´ que para llegar a él tuvimos que recorrer un camino difícilmente practicable debido a la acumulación de nieve agua y barro que dejó el temporal. Era hora de conectar la tracción 4x4 más extrema y ver el carácter más aventurero del Outlander PHEV. Pese a contar con neumáticos de carretera que en pocos metros ya eran completamente planos debido a la acumulación de barro, el coche apenas perdió tracción y se dirigía sin apenas variar el rumbo allá hacia donde se fijaba su dirección.

Aunque lo cierto es que completamos el recorrido con menos dificultades de las que esperábamos debido el mal estado del camino, decidimos abortar el tramo que habíamos preparado por una pista forestal del Penyagolosa, ya que nos advirtieron que los caminos estaban intransitables. Pero las emociones no habían acabado... fueron tan buenas las sensaciones a bordo del Outlander que decidimos ir en busca de aventuras, aunque sólo por esta ocasión tuviésemos que sobrepasar las fronteras de la Comunitat Valenciana para alcanzar Puertomingalvo.

La escapada valió la pena por las vistas y el paraje, pero pagamos cara la osadía ya que en lo más alto del recorrido nos cogió una nevada infernal que en pocos minutos cubrió el asfalto con un manto blanco de gran espesor. Fue entonces cuando nos alegramos de llevar un coche tan eficiente como el Outlander PHEV ya que contábamos con gasolina de sobra como para descender el puerto. aunque no fue tarea fácil sino más bien todo lo contrario.

Sin apenas visibilidad por la tormenta, con la adherencia comprometida por la acumulación de nieve y con el miedo de que se comenzase a formar hielo al caer el Sol, comenzamos un descenso infernal. Los coches se iban acumulando ya a los márgenes de la carretera para colocar cadenas o simplemente porque quedaban encallados, pero el Mitsubishi seguía descendiendo sin perder la compostura. Para ello fue vital la retención en las frenadas regenerativas del sistema eléctrico. La posibilidad de modular su resistencia con las levas del volante nos permitió bajar todo el puerto sin tocar apenas el pedal de freno, lo que probablemente hubiera causado que nos saliésemos de la carretera por la poca adherencia que ofrecían los neumáticos de invierno.

Pocas veces habíamos afrontado una conducción tan crítica y arriesgada como esta, lo que al llegar finalmente a las puertas de la A-23 para emprender rumbo de vuelta a Valencia, nos hizo recapacitar sobre la calidad del Mitsubishi Outlander PHEV. Sin ruedas adecuadas y ni mucho menos cadenas, tras un día de intenso uso y con una situación atmosférica delirante, logró bajar el puerto de montaña con una seguridad y fiabilidad pasmosa que damos fe de que sentenció a otros muchos todoterrenos varados en la nieve.

Es por ello que a la llegada Valecia los apenas 7 litros a los 100 de consumo no fueron la noticia más destacada del día -pese a ser una cifra extraordinaria-, sino cómo la hibridación de motores gasolina y eléctricos, y su inteligente gestión, lograron devolvernos a casa sanos y salvos.

Masía mar de la carrasca

Esta Masía original de principios de siglo, reconstruida, ofrece la posibilidad de alquilar en dos modalidades: por habitaciones o completa. Las distintas habitaciones se pueden convertir en múltiples añadiendo camas supletorias para albergar hasta 14 personas, disponiendo de hasta cinco espacios diferenciados para dormir y tres cuartos de baño. En el alquiler completo se disfruta además de servicio de comidas que deseéis, así como clases de yoga y meditación, guiadas. Se trata de un lugar apartado de la civilización y en un entorno idílico que invita a la paz y la reflexión.

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