Impactante, así fue nuestra última Ruta Híbrida, tanto por los sorprendentes lugares que conocimos, como por el vehículo en el que la realizamos, el transgresor Toyota C-HR. Este todocamino tiene un efecto cautivador que nos acompañó durante todo el trayecto y que no dejó indiferente a ninguna persona con la que nos cruzamos. Todos cayeron rendidos ante su vanguardista diseño y su sistema de propulsión híbrido.

Este vehículo utiliza el mismo grupo propulsor que sus hermanos Prius y Auris, combinando un motor térmico de ciclo Atkinson con 1.8 litros de cubicaje que entrega 98 cv de potencia y que se une a un cambio de marchas automático e-CVT de variador continuo, junto con un propulsor eléctrico con el que logra estirar su potencia hasta los 122 cv. Esta es la única opción disponible para el C-HR en nuestro país, una decisión arriesgada por parte de Toyota, pero basada en la gran eficiencia que es capaz de ofrecer este SUV con dicha motorización.

Antes de emprender nuestra aventura, tuvimos la ocasión de rodar varios días con el C-HR por ciudad, lo que nos sirvió para conocer la cara más ´ecológica´ de este modelo. En este contexto es una auténtica maravilla, ya que a sus reducidas dimensiones, se une el confort y la eficiencia que ofrece su motor híbrido, obteniendo un coche que es muy sencillo y agradable de llevar por ciudad, además de sorprendentemente ahorrador, al registrar una media de consumo que rondaba los 4,7 l/100 km. Por baja que parezca esta cifra, no es el límite real del C-HR, ya que de haber sido más conservadores con nuestra conducción, hubiésemos bajado sin duda este registro.

¡Comenzamos!

Ponemos todos los marcadores a cero y fijamos nuestro rumbo hacia el Camp de Morvedre, más concretamente hacia la localidad de Torres Torres, a unos 50 kilómetros de Valencia. Gran parte de este trayecto discurre por la autopista A-7/AP-7, lo que nos sirvió para ver cómo este urbanita se desenvolvía en territorio ´enemigo´. Es cierto que en carreteras abiertas el C-HR no se encuentra tan agusto como en ciudad, ya que en recuperaciones y adelantamientos parece sufrir para ganar velocidad por el ruido que emite su motor al máximo de revoluciones debido al cambio e-CVT. Pero al margen de estos momentos en los que se precisa más potencia, el todocamino de Toyota ofrece un confort de marcha excepcional. Además, el habitáculo de este modelo es sorprendentemente amplio para lo ajustadas que parecen sus dimensiones exteriores, lo que permite ofrecer un gran confort interior incluso con cinco ocupantes.

En apenas media hora llegamos a nuestro destino, donde disfrutamos de lugares preciosos como el Castillo de Torres Torres, desde donde se divisa toda la población a vista de pájaro, la Casa del conde o el pantano de Algar, entre otros. Todos ellos lugares cargados de encanto e historia, que nos llevan a la conclusión de que no hay que viajar lejos para disfrutar de un turismo de calidad. Tras recorrer sus calles con el silencio y el confort que aporta la conducción eléctrica, bajamos a casi 5,5 l/100 km un consumo que sobrepasaba los 6 tras abandonar la autopista.

La discreción del C-HR y la gentileza de las gentes de Torres Torres nos permitió acceder con el coche hasta uno de los

principales atractivos de la localidad: los Baños árabes. Declarados Monumento Nacional en en 1938, son uno de los tres que se conservan todavía en España. Están situados en los límites del casco urbano, junto a la acequia mayor. Se trata de un conjunto de estancias y arcadas comunicadas y de enorme belleza. El recinto cubierto de los Baños es una planta de forma rectangular que contiene tres salas también rectangulares cubiertas por bóvedas, dispuestas en paralelo y en orientación norte-sur, conocidas con los nombres de fría, tibia y caliente.

Un imán de miradas

En Torres Torres empezamos a experimentar ese poder de atracción que nos acompañaría durante todo el viaje, y es que el C-HR es un auténtico imán de miradas. Sus formas angulosas y su vanguardista diseño sorprende a propios y extraños, y más en zonas rurales como las que recorrimos. Y a si a eso le añadimos lo impactante que todavía es para mucha gente ver como un coche se desplaza sin hacer ruido, obtenemos un vehículo de ´cienca ficción´ para los más veteranos del lugar.

Segunda etapa

Abandonamos Torres Torres para poner rumbo a nuestro segundo destino, la localidad de Navajas, ya en el la provincia de Castellón y más concretamente en la comarca del Alto Palancia. Accedemos a ella recorriendo la mayoría del camino por la Autovía A-23, lo que hace que a las puertas del municipio el consumo se situase de nuevo en torno a los 6 l/100 km.

Navajas volvió a confirmarnos que no hay que buscar destinos lejanos para disfrutar del turismo, ya que a apenas tres cuartos de hora de Valencia, gozamos de tesoros como el Salto de la Novia, un rincón de idílico desde el que se contempla la espectacular cascada del Brazal de 60 metros de altura. Pero Navajas también nos regaló lugares como el Altomira, la Bora de las peñas, el Manantial de la Esperanza, el Pantano del Regajo o el Mirador del Paraíso, además infinitas rutas y senderos rodeados de naturaleza virgen para disfrutar a pie o en bicicleta. También son famosas sus numerosas fuentes, que en algunos casos se remontan al siglo XVIII y a las que a sus aguas se les atribuye incontables beneficios para la salud.

Una vez más, el confort que ofrece el C-HR y el silencio de su motor eléctrico, se convierten en los mejores aliados para disfrutar de los encantos de esta localidad. Es una maravilla acceder hasta la mayoría de estos lugares sintiendo que no estás contaminando el ambiente con humos o ruido, lo que hace que te sientas parte de ellos y que puedas disfrutar del sonido de la naturaleza, ya sea el viento entre los árboles, el cantar de las cientos de especies de pájaros que habitan en este municipio o del agua de las cascadas cayendo sobre los embalses. Tras recorrer Navajas, el consumo apenas superaba los 5 litros a los 100 kilómetros, por lo que a todos estos beneficios de confort hay que sumar un importante ahorro en combustible.

Nuestra última parada en esta Ruta híbrida fue la localidad de Viver, unos kilómetros más al noroeste del Alto Palancia y a

tan sólo un cuarto de hora de Navajas siguiendo la ruta que nos marca la N-234. Por este camino disfrutamos de idílicos paisajes pintados con campos de almendros que se encontraban en plena ebullición floral. Ya en la ciudad y comenzando desde su Plaza mayor, se puede visitar de la Iglesia Virgen de Gracia, la Ermita Santa Bárbara, el Portal de Los Huertos o la Fuente del Garrón, entre otros muchísimos lugares. Pero esta localidad también disfruta de rincones de ensueño en sus márgenes, destacando el Sargal. Situado en el costado izquierdo del Palancia e incrustado en su valle, donde se ubican las Cuevas del Sargal, es un rincón precioso y de obligada visita si se viaja a Viver. También conocimos el Manantial de San Miguel, el más importante de todo el término municipal con un caudal de 200 litros por segundo y situado a sólo un kilómetro del pueblo, y la Ermita y el Monte de San Roque, que dominan todo Viver.

Tras gozar de todos estos lugares regresamos a Valencia, con la sensación de haber disfrutado de la naturaleza sin perjudicarla y con gasolina de sobra en el depósito al marcar en el ordenador de a bordo apenas 5 l/100 km... turismo cercano, ecológico y económico. ¿Qué más se puede pedir?

El Rincón de Pau - Torres

TorresEl Rincón de Pau -en homenaje al hijo de Santiago Alandi, gerente del local- es un un edificio del siglo XVIII totalmente rehabilitado, en el que se han seis casas con todos los servicios para los clientes. Jaccuzzi, piscina, terrazas y miradores forman parte de este escenario único, ubicado en la calle principal de la localidad de Torres Torres. A estas magníficas instalaciones se suma el trato exquisito y cercano de sus responsables, que harán sentir al huésped como en su propia casa.

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El Retiro de Kun Kan - Navajas

En la calle de la Esperanza de Navajas, se encuentra el Retiro de Kun Kan, un hotel inspirado en la antigua sabiduría Maya, diseñado exclusivamente para crear una auténtica atmósfera de paz y tranquilidad que ayude al huésped a recuperar su equilibrio mental y emocional y a al mismo tiempo a mejorar su salud, mediante distintos programas de actividades como el yoga o la meditación, y con una gastronomía ecológica basada en los superalimentos que benefician al organismo. Sin lugar a dudas uno de los mejores lugares para retirarse del estrés diario y recuperar la paz interior.

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