Parece mentira pero Silla por fin se va a quedar sin el andamio que desde hace casi seis años «decora» la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en pleno centro del pueblo. De hecho, la estructura metálica, instalada de manera provisional en enero de 2010, ha pasado tanto tiempo allí que hace un año ya protagonizó una campaña ciudadana en la que los vecinos se hacían «selfies» con ella para despedir así un elemento del que ya decían con sorna que era parte del patrimonio municipal.

Pese a que el párroco anunció en febrero (el día de Sant Sebastià y con el templo a rebosar de fieles) que en apenas unos días comenzarían las obras de rehabilitación del templo, finalmente no fue así y los trabajos se retrasaron hasta julio pasado. El alcalde, el socialista Vicente Zaragozá, celebró ayer que «por fin haya empezado la retirada» de los puntales.

El andamio, además de inutilizar un tramo de vía pública y afear la plaza del Poble durante seis años, también ha provocado un conflicto entre la Iglesia y el Ayuntamiento de Silla, entidad que ordenó instalar la estructura de manera subsidiaria y que durante años se encargó de su alquiler.

En 2013, el consistorio reclamó a la parroquia los 41.000 euros empleados en la colocación de las sujeciones y en su arrendamiento en virtud de un convenio firmado en 2010, días después de la instalación de la estructura metálica. Dado que en un inicio el Arzobispado, propietario del templo, no pagaba, el consistorio llegó incluso a embargar las cuentas de parroquia para cobrarse la deuda.