«Todos los aprendizajes más importantes de la vida se hacen jugando», es una frase del psicopedagogo Francesco Tonucci que la asociación Criando Ando ha adoptado como filosofía. Esta asociación nace el pasado mes de septiembre ante la preocupación del descenso del tiempo de juego de los más pequeños, motivado por la sociedad actual, la falta de conciliación laboral-familiar, el sistema educativo que promueve los deberes y el espacio urbano.

«Es preocupante la falta de espacios para el juego y la falta de tiempo para el juego que existe en la sociedad actual. Cada vez los niños juegan menos. Desde muy pequeños están presionados. Hoy en día, la vida competitiva empieza a una edad muy temprana y comienzan a verse inmersos en una espiral de deberes y extraescolares que deja muy poco tiempo para jugar», señala Inma Alcázar, presidenta de Criando Ando.

Esta asociación quiere convertirse en ese espacio necesario que necesitan padres hijos para poder jugar y relacionarse. «Intentamos poner en marcha iniciativas que promuevan el juego libre y espontáneo, en el que el bebé o niño decida con qué jugar, sin recibir ninguna directriz por parte de un adulto, si quiere jugar solo o con otros y de qué manera quiere hacerlo», indica .

En ese sentido, durante sus apenas cinco meses de vida, Criando Ando ha organizado varios talleres como el de pasta de sal o el de botellas sonoras basado en el método Montessori, además de charlas sobre crianza sobre primeros auxilios, el porteo o el baby led-weaning. talleres que realizan en guarderías, ludotecas o espacios cedidos puntualmente, algo que no les permite desarrollar su actividad como quieren.

«Seguimos necesitando un espacio adecuado, sobre todo durante los meses de otoño e invierno, donde podamos organizar y guardar los objetos y materiales necesarios para ello», aunque para Criando Ando el mejor espacio de juego es la calle.

«Antes de pequeños todos jugábamos en la calle, ahora eso se ha perdido. Reivindicamos esa necesidad de volver a recuperar el espacio público, nuestro pueblo, nuestro barrio, para que los niños puedan volver a experimentar esa sensación de libertad y de felicidad al poder volver a jugar de forma espontánea y segura en las calles», explica.

Cambio en el sistema educativo

Criando Ando tampoco se muestra satisfecha con el sistema educativo actual. «La escuela no debería utilizar el tiempo que no es suyo, el tiempo libre de los niños y el tiempo familiar, ni separar el juego del aprendizaje», así, defienden que el juego no solo es válido en las primeras edades, «los niños en Primaria se pasan mucho tiempo sentados, sin un espacio diáfano donde moverse, sin juguetes creativos, eso no beneficial al aprendizaje».