El 26 de abril el pleno municipal aprobó con los votos a favor de PSPV, Compromís, EUPV y Paterna Sí Puede una moción para bautizar la biblioteca y una de las calles de la Canyada con el nombre de Vicent Carceller, editor de la revista satírica la Traca, residente durante muchos años en el barrio y fusilado en 1940 por el gobierno franquista.

La realización de la propuesta, que no tuvo el apoyo ni del PP (que presentó una modificación rechazada por los otros partidos) y Ciudadanos, está supeditada a la decisión de la Junta de Barrio de la Canyada, según explicó en el pleno la concejala Carmen Gayà. Pero, al menos hasta ayer, a la junta no le ha llegado ninguna propuesta, tal como afirmó su presidente José Carot. Lo que sí se ha iniciado es una recogida de firmas a través de Change.org impulsada por «Vecinos de la Canyada» (sin más identificación) y con el título «Ayudemos a que La Canyada continúe con sus calles tradicionales». La iniciativa cuenta ya con 569 apoyos.

Esta apelación a conservar las «calles tradicionales» de la Canyada no tiene que ver con el urbanismo sino con el hecho de que los viales del barrio, excepto los situados junto a algunos de los barrancos, no están identificados con nombres sino con números, característica que se remonta al origen de esta urbanización. Una de las pocas excepciones es la calle dedicada a Sant Vicent Ferrer, que se cambió a petición de la clavaría del santo.

La calle que el ayuntamiento quiere dedicar a Vicent Carceller es la 549, donde se encontraba la vivienda del editor y donde a principios de abril se le hizo un homenaje y se colgó en un poste de la luz un texto con algunos datos de su biografía y una reivindicación de su valor histórico y cultural. Pero lo cierto es que en esta vía muy pocos conocen la figura del periodista (y mucho menos que vivió allí o que fue fusilado en Paterna), lo que no impide que haya quien esté en contra de rebautizar la calle y que haya quien esté a favor.

Adrián Vidal y Luna de la Vara sí que conocen la historia de Carceller, pero no que vivió en la calle 549 en la que ellos residen ahora. «A mí me parece bien que lo cambien, porque no me gusta cuando la gente se resiste a los cambios y también porque servirá para conocer la historia. Pero también me gustaría porque lo de que las calles vayan por números me parece poco personal y repetitivo», explica Adrián. En cambio, para Luna, que el callejero de la Canyada esté protagonizado por guarismos es una particularidad digna de mantener.

Susi Banacloig dirige desde hace años una escoleta infantil en uno de los extremos de la calle 549. Ella también es contraria al cambio de nombre, no po antipatía hacia la figura de Carceller («no lo conozco», asegura) sino por una cuestión burocrática y utilitarista. «Ponerse ahora a cambiar documentos y eso sería un lío. Y el hecho de vivir en una calle que no tiene nombre sino número te ubica siempre en la Canyada. A veces puede ser un lío, pero nos hemos acostumbrado».

A Voro Albert la «asepsia» de los números también le parece muy útil. «Así no hay líos ideológicos -explica este vecino de la 549 desde hace 21 años-. Yo no conozco a Carceller y no tengo nada en contra de él. Pero si ahora cambiamos esta calle y ponemos su nombre, seguro que viene otro que quiere ponerle el nombre de otro a la suya, y otro querrá lo mismo y empezará la batalla. Los números son más ambiguos y, de momento, no han provocado ningún lio».

Al principio, María Isabel se muestra contraria a cambiar el número de su calle por un nombre, pero cambia de opinión cuando se le explica que es para recordar a Vicent Carceller. No en vano, vive justo al lado de donde vivía el escritor. «Yo llevo viviendo 30 años aquí pero no sabía que esta era su casa hasta hace poco, cuando le preguntó a un hombre que estaba haciendo fotos». Rosa, por su parte, lo tiene claro: «entre que mi calle se llame en homenaje a una persona fusilada por el franquismo, o que solo sea un número, lo tengo claro. Yo no conozco a Carceller, pero tiene derecho a que se le recuerde y su historia se sepa. Yo voy a hacerlo ahora mismo».