Se pueden eliminar barreras de muchas maneras, pero en Benetússer han querido hacerlo con espada, sable y florín. Esta localidad de l'Horta Sud tiene la suerte de contar con Laura Pérez Agüado, una de las pocas mujeres que practica esgrima en España, es la única tiradora de l'Horta Sud, y además de destacar como deportista -es campeona de España de esgrima histórica- es una mujer concienciada que quiere utilizar su pasión para derribar roles y favorecer la integración social.

Laura todos los días tiene que luchar por seguir disfrutando de un deporte minoritario, y que aún se pone más difícil siendo mujer, y ha querido ayudar en esa lucha a otros colectivos en riesgo de exclusión social como son las personas con discapacidad funcional y los LGTBI.

El primer paso en esta batalla ha sido la creación del club La Robera Sala d'Armes. Fundado en octubre de 2017 por Laura Pérez, cuenta con una junta directiva compuesta íntegramente por mujeres. «No hay apenas referentes de mujeres en esgrima, en la Federación Española son todo hombres y en la Comunitat Valenciana hay mujeres gracias a la gran labor de mi entrenador Vicent Safont del club Sala de Armas Valencia, al que pertenezco desde hace 17 años», cuenta Laura.

Aunque el club La Robera se fundó oficialmente el pasado mes de octubre, se gestó el 3 de diciembre de 2015 a través de una iniciativa ciudadana impulsada por Salvador Esteve y Concha Martínez, concejala de Guanyem Benetússer. Los dos, con movilidad reducida, junto a Antonio, Juan y Mari Cruz -que padece la enfermedad de huesos de cristal- comenzaron su primer entrenamiento el pasado lunes en Benetússer.

Unos entrenamientos que han comenzado con recursos limitados, gracias a la cesión del pabellón por parte del Ayuntamiento de Benetússer, la colaboración de Taller de Independencia, y PedalNet, que ha subvencionado las plataformas sobre las que se colocan las sillas de ruedas, por valor de 2.500 euros y que son imprescindibles para la práctica de la esgrima adaptada, también a la federación que presta materiales y de otros pequeños comercios.

Y sobre todo gracias a la implicación de Laura Pérez, que dedica su tiempo y su propio material, aportando florines, espadas y sables para poder introducir este deporte entre los miembros del equipo sin coste para ellos.

«De momento solo llevamos dos clases de esgrima adaptada y estamos contentos con estos cinco alumnos», señala Laura.

«Hacer deporte es buenísimo. Ganas autonomía, respiras mejor, oxigenamos la sangre y bajan los niveles de oxidación, y eso es vital para nosotros», señala Concha, que admite que «hay mucha información que procesar porque cada arma tiene sus propias reglas pero me encanta, es un deporte que además fomenta el respeto y la honorabilidad», señala.

Salva recuerda que él, de joven, jugó más de quince años a bàsquet adaptado» y que ahora está «descubriendo este deporte del que no tenía ni idea y me está sorprendiendo muchísimo».

Un ejemplo de superación lo ofrece Mari Cruz, que viene desde Parque Alcosa en Alfafar. Además de ir en silla de ruedas, padece la enfermedad de los huesos de cristal y es sorda. «A mí siempre me ha gustado estar activa. Por mi enfermedad no puedo hacer deporte, pero esgrima sí, así que no lo dudé», señala.

Antonio, sin embargo, ya lleva tiempo practicando este deporte y Laura está entrenándolo para las Paraolimpiadas. «En España apenas hay seis deportistas de esgrima adaptada federados. Yo creo que si Antonio trabaja puede llegar a ser paralímpico», asegura la entrenadora. Además, Antonio también entrena en el equipo adaptado de Sala de Armas Valencia, club donde compite Laura Pérez, quien también entrena a un grupo de niños en Paiporta.

Múltiples actividades

En su poco tiempo libre, Laura Pérez también forma parte del club Samarucs que ha organizado una exhibición de esgrima adaptada y en pie en la plaza del Ayuntamiento de València, prevista para hoy de 11 a 13 horas dentro de las actividades en conmemoración del día contra la LGTBfobia. También el 3 de marzo participarán en los Jocs Taronja en València.