La candidata presidencial oficialista Dilma Rousseff y el opositor José Serra prometen continuidad en las políticas sociales del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en una campaña empañada por las escasa de propuestas. El 80% de popularidad de Lula y los programas sociales que impulsó en sus ocho años de mandato, que permitieron que 28 millones de personas superaran la pobreza y otros 36 millones ingresaran a la clase media, han motivado que los dos candidatos que disputan hoy la segunda vuelta propongan las mismas políticas sociales. Rousseff, candidata del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), promete la total continuidad de la política social de su mentor, mientras que Serra, pese a ser del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), se compromete no solo a mantenerla sino a mejorarla.

Serra propone incluso aumentar el monto de los subsidios creados por Lula, que el Gobierno distribuye entre los cerca de 13 millones de familias más pobres del país, así como subir el salario mínimo a 600 reales (unos 250 euros) y reajustar las jubilaciones y pensiones. Duro crítico de la política exterior de Lula y de su acercamiento a regímenes como el de Irán y el de Cuba, Serra ha basado su campaña en referencias a los escándalos de corrupción que han salpicado a ministros y colaboradores del mandatario pero evita presentarse ante los electores como su opositor. Incluso en sus primeros programas de propaganda en televisión llegó a mostrar imágenes de Lula pero nunca de su correligionario, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) del que fue ministro de Planificación y de Salud.

Proximidad ideológica

Si Rousseff y Serra coinciden al presentarse como garantía de continuidad de la política social de Lula, las propuestas de ambos tampoco difieren mucho porque representan a partidos próximos ideológicamente. El PT y el PSDB se han turnado en la presidencia de Brasil desde 1995 y han polarizado la política nacional desde entonces. El socialista PT se ha amarrado en los últimos años al centro mediante alianzas con partidos conservadores de los que era rival declarado y que también fueron aliados del PSDB.