Estados Unidos y Rusia han dado la voz de alarma sobre la infiltración masiva de cientos de seguidores de Al Qaeda procedentes de varios países entre las tropas opositoras al régimen sirio que combaten contra las tropas del presidente Asad. Según varios informes de los responsables de inteligencia estadounidenses, la ausencia de sanciones por parte de la ONU ha permitido que grupos yihadistas operen de forma continuada en Siria, y que hayan formado ya su propia agrupación, que emplea las mismas tácticas y recurre a la misma propaganda que Al Qaeda. Sin embargo, hasta el momento, la CIA no ha podido recabar datos suficientes sobre esta infiltración, principalmente por el cierre de la embajada estadounidense en Damasco, en febrero pasado.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha advertido de que los milicianos rebeldes sirios que han tomado el control de algunos puestos en la frontera entre Siria y Turquía pueden ser aliados de la red terrorista Al Qaeda. Lavrov ha expresado sus dudas sobre que el Ejército Libre Sirio esté detrás de la toma de control de estos puestos, como se informó la semana pasada. "De acuerdo con algunas informaciones, estos puestos no han sido tomados por el Ejército Libre Sirio, sino por grupos relacionados directamente con Al Qaeda", ha indicado. El ministro ha sugerido que los países occidentales no deberían alegrarse porque los opositores al presidente sirio se estén haciendo con el poder de algunas zonas de ese país. Moscú ha acusado a los países occidentales de impulsar las revueltas contra Al Asad en vez de presionar a los grupos opositores para que abandonen la violencia, ya que muchos grupos que luchan contra las fuerzas de seguridad sirias con islamistas radicales.

Mientras los rebeldes del Ejército Sirio Libre (ESL) dicen que luchan para derrocar el régimen despótico de Al Asad, los combatientes extranjeros quieren echar del poder a los alauíes -una variante del chiísmo-, a quienes consideran apóstatas. Llegan desde Argelia, Marruecos, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Libia y Túnez. Otros afirman haber viajado desde Chechenia o Somalia. Algunos viajaron desde España, de hecho se tiene conocimiento de al menos tres muertos procedentes de Ceuta.

Desde el comienzo de la revuelta, el régimen sirio ha acusado a los rebeldes de recibir a los combatientes de Al Qaeda para demostrar que el movimiento de protesta es, en realidad, un complot extranjero. Aunque tanto el ESL como el Consejo Nacional Sirio, máximo órgano de la oposición, se afanan en demostrar que Al Qaeda no tiene protagonismo en las revueltas, la evidencia demuestra lo contrario y se multiplican las llamadas para unirse a la rebelión.

Mientras tanto, cerca de un centenar de personas murieron ayer en Siria en la ofensiva de las fuerzas del régimen contra los feudos opositores, sobre todo en los bombardeos contra la ciudad de Alepo (norte) y localidades de la periferia de Damasco y de la provincia meridional de Deraa. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, al menos 94 personas, entre civiles y combatientes rebeldes, fallecieron ayer.