Una joven británica de solo 13 años Kayleigh Donnelly, natural de Lancaster, acudió a su médico de cabecera aquejada de un fuerte dolor estomacal que había derivado en hinchazón. Tras realizarle varias pruebas la pequeña fue diagnosticada de estreñimiento, pero después de que este tratamiento no surtiera efecto y su estado empeorara, su madre comenzó a sospechar que se trataba de algo más.

Lejos de ser un simple problema de estreñimiento, Kayleigh tenía un tumor en el ovario que se había extendido por su hígado, bazo, intestino y pelvis, siendo este uno de los casos más tempranos que se ha detectado para este tipo de enfermedad.

En declaraciones al rotativo ‘The Daily Mail’ su madre ha explicado cómo fue su calvario hasta lograr el diagnóstico definitivo: "Como el tratamiento a base de laxantes no dio resultado volví al médico otras cuatro veces, y llamé otras cinco durante las siguientes semanas. Siempre me decían que le diera laxantes ya que estaba estreñida".

No fue hasta que Kayleigh acudió a otro centro médico cuando los doctores descubrieron el tumor que tenía a la pequeña al borde de la muerte. "Los médicos me dijeron que si no la hubiera llevado al hospital hoy no estaría aquí", señala la mujer aliviada.

Pese a la demora en el diagnóstico, Kayleigh fue sometida a una serie de operaciones y a un tratamiento de quimioterapia gracias a los cuales el cáncer está remitiendo. "Nos sentimos muy afortunados de que haya sobrevivido, pero ha tenido muy mala suerte al desarrollar un cáncer tan raro como este", ha comentado su madre ante la efectividad del tratamiento.

El director del Hospital Universitario de Morecambe, el doctor David Walker, ha pedido perdón a la joven y a su familia por la angustia causada y ha asegurado que se está llevando a cabo una investigación interna.