El gol que marcó contra el Rayo Vallecano, ¿lo tiene entrenado o le salió del alma?
Es la jugada soñada antes de un partido. Me gusta mucho recortar hacia dentro y buscar el palo largo. En el primer regate el defensa me tapa bien, amago el disparo y hago otro recorte para tirar al palo largo. Desde que salí de juveniles me gusta intentar esa jugada.
Pero hacerlo mientras el Levante UD se juega la permanencia...
Este tipo de partidos, con toda su tensión, son especiales. Un resultado negativo nos hubiese mermado mucho la moral, nos hubiese hundido. Pero tenemos que estar capacitados para cualquier situación, somos profesionales y tenemos que intentar concentrarnos en el partido de cada fin de semana dejando de lado los resultados.
Cuando vio que el balón entraba, ¿qué sintió?
Mucha rabia y una gran liberación. Marcar me vino muy bien porque llevaba un mes y medio complicado, no me salían las cosas y me había visto relegado al banquillo. Estaba falto de confianza y este gol me liberó de toda esa presión. Es un paso hacia delante, mío y del equipo, para seguir progresando, para que vuelvan a salir las cosas como me estaban saliendo antes.
Cuando debutó con el filial en Tercera, ¿imaginó que un día marcaría el gol de la jornada en Primera División?
Nunca imaginé que llegaría donde estoy ahora, pero sí que vine con esa intención de buscar el sueño de jugar en Primera.
¿Se siente justamente valorado por el fútbol español?
Nunca me he parado a pensarlo. Me siento más que valorado en el Levante UD y con eso me quedo. Más allá de este escudo no pienso. Es inevitable que la gente te diga cosas, pero me mantengo al margen, porque estoy trabajando para sacar al equipo adelante. Tengo un contrato de tres años y quiero cumplirlo con el equipo en Primera. Tengo hablado con mi agente que si le llegan cosas de otros clubes no me diga nada porque no me quiero despistar con chorradas.
En varios partidos se le ha visto irse hacia al banquillo con cara de pocos amigos...
Estaba mal y lo asumo. No me salían las cosas. El mister ha confiado mucho en mí, pero he estado muy «jodido» este último mes y medio, porque cuando estaba en el campo me costaba ayudar al equipo y eso se notaba. El otro día, sin ser un partido muy bueno, en la segunda parte todos nos sentimos más a gusto en el campo.
¿Al equipo le falta el atrevimiento de hace unos meses?
El equipo ha perdido el descaro con el que empezó cuando llegó Rubi. Contra el Valencia, el equipo tenía un desparpajo increíble. Los tres de arriba nos soltamos la melena y cada jugada en la que pasábamos del medio del campo era peligro. Según ha pasado el tiempo, el equipo ha perdido ese descaro y esa confianza con el balón en campo contrario. Es verdad que los rivales te ven jugar y hacen lo posible para que no tengamos esa solidez y nos cueste buscar el último pase. El mister cada semana hace ejercicios para trabajar todo esto y al final acabará saliendo, como en Mestalla, o como el partido ante el Dépor o el Sporting. Tenemos que volver a ser tan descarados como antes.
¿Por qué cree que el equipo ha perdido esa confianza?
Después del partido en el Molinón recibimos al Betis. En el minuto tres nos marcan y se pierde el partido. A partir de ahí el equipo pierde confianza y arrastra ese resultado negativo. No es que la gente se esconda, pero nota la presión de estar ahí abajo. Tenemos un equipo capacitado para salir de esta situación y para jugar partidos con la presión del sábado pasado. Tenemos que dar un paso adelante todos.
En situaciones como la actual, ¿el balón quema en los pies?
Se puede pensar eso desde fuera, pero uno tiene que tomar una decisión. Estamos en Primera División, no estamos jugando con los amigos. Al que le queme el balón en los pies no está preparado para estos partidos. Yo cada partido me lo tomo como una oportunidad de demostrar quién soy y lo que valgo. He visto que se me achaca ser un jugador individualista, pero por mi personalidad intento siempre jugar hacia delante, romper la línea defensiva o encarar al lateral, cueste lo que cueste. Si me sale bien, bien, y si me sale mal, me criticarán porque podría haber dado un pase, pero el que está en el campo tiene que tomar la decisión que considere oportuna. El mister luego no te lo achaca.
¿Con 14 puntos a falta de 19 jornadas salen le salen las cuentas para la permanencia?
Está más cerca que hace unos días. Después del sábado miras la clasificación y estar a tres puntos de la salvación es, no un milagro, pero sí algo que impide que estemos hundidos. De lo contrario, tener que hacer 35 puntos en la segunda vuelta... Eso sólo lo hacen el Barça, el Madrid y el Atlético, ni el Levante UD, ni el Rayo ni el Granada vamos a conseguirlo. Haber acabado con 14 puntos nos llena de confianza para saber que haciendo una buena segunda vuelta se sale de la zona de descenso.
¿Y cuál es la clave para lograr esa buena segunda vuelta?
Hay que sumar de tres en tres en casa casi todas las jornadas. Habrá partidos más difíciles, pero los de casa, a partir de ahora tienen que ser nuestros. Después, hay que seguir creciendo con el balón y dar ese pasito adelante para ser ese equipo que se vio contra el Valencia.
¿Por qué al Levante UD le cuesta tanto ganar este año en Orriols?
Lo que le cuesta al equipo en casa es tener que llevar el control del partido. Somos un equipo que, replegados, jugamos muy bien. Hemos mejorado mucho en ese aspecto y defendemos mejor. Nos está costando más a la hora de atacar, de combinar y llegar a la zona de tres cuartos para dar el último pase o el desborde final.
¿Ha visto a Rubi algo «tocado» moralmente?
Le veo como el primer día. Los resultados no acompañan y, a veces, el juego del equipo no es bueno y es normal que el mister y los jugadores estemos algo alicaídos. Pero pasa la semana y Rubi nos transmite todo lo que tiene. Si pudiese saldría a jugar con nosotros para ayudarnos. Está cien por cien centrado en cada entrenamiento y cada partido.
¿Se necesitan más fichajes?
Todos somos conscientes de que el jugador que venga no va a sacar esto adelante, al menos no el sólo. Si hace falta fichar es cuestión de la directiva y del mister. Si llega alguien lo acogeremos para que se integre lo antes posible, como con Cuero.
¿Los jugadores de la casa, como usted, son los que ahora deben tirar del carro?
Se puede pensar que hay gente que siente más los colores, pero no creo que haya diferencias entre unos y otros. Se habla mucho de quién tiene que tirar del carro, pero al final todos tenemos que tirar, todos tenemos que dar ese paso al frente. El referente no ha de ser un jugador, debe ser el equipo.
¿Le sorprendió que Verza fuera el capitán en el Calderón?
Fue una sorpresa para todos. El mister decidió que fuera Verza, tendría sus razones. En el club siempre ha sido que el más veterano o con más tiempo en el equipo ha sido capitán. Pero al final es un brazalete. Todos somos capitanes de este barco y que uno u otro lleve el brazalete importa poco. En la segunda mitad contra la Real Sociedad lo llevé yo y perdimos 0-4.
