Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los Cármenes de Cartagena

En la primavera de 2010, el Llevant tumbó al Hércules (blanquiazul de banda ancha, como el Espanyol), tras remontar el 0-1 inicial (2-1). Y se puso segundo en la tabla. Tras aquel partido toda la parroquia levantina entendió la posibilidad de Primera como más que una utopía. Justo igual que sucedió tras la victoria ante el Espanyol del lunes, que permitía abandonar el farolillo rojo, indeseable compañero desde la jornada 15. Hoy el Llevant, si vence (y el Sporting no lo consigue), saldrá de descenso, su hábitat ininterrumpido desde la jornada 6.

El partido tiene el aire de madre de todas las finales que se respiró también el 22 de mayo de 2010 en el estadio de Cartago Nova, donde se desplazaron 1.000 granotes para asistir a uno de los partidos cincelados en mármol en la historia del club. El 3-5 puso de cara el ascenso y dejó en la cuneta a uno de los principios aspirantes. El amago de infarto, empero, no terminó aquella tarde. Restaban cuatro partidos, entre ellos una inesperada derrota en Irun y el empate del Salamanca frente al Betis que evitó jugárselo todo en la última jornada en Heliópolis. Aquel día del ascenso en Orriols se inició una nueva era para el Llevant y, desgraciadamente, también para el Castellón, el invitado de piedra de una tarde crepuscular.

El Llevant puede truncar hoy el mejor periodo de su historia, el que se inició en Cartagena. Una derrota dejaría la permanencia en el terreno de la quimera. Pero eso no entra en la cabeza de nadie, pese a los reiterados fiascos a domicilio. Ni va a suceder. Hoy es jornada para dar un giro copernicano al destino y esquivar la fatalidad, para que cada futbolista que se enfunde de blaugrana sienta en la piel que se inicia el partido más importante de su vida; es jornada para tener acierto de cara al gol que faltó en Sevilla, para hacer una segunda parte briosa y enérgica, para que Rubi alinee a los futbolistas con la capacidad física que la hagan posible (y acierte con los cambios). El partido de hoy engrandece el fútbol. Y al equipo que triunfa. Hoy, de Los Cármenes, como hace seis años de Cartagena, sólo saldrá uno con vida. El vencedor sumará tres puntos, impedirá que lo haga el rival y ganará el goal average.

La victoria no garantiza nada y, sin embargo, embriagará al levantinismo con una esperanza sin límites. La ciudad nazarí llenará su estadio pero una falange de 600 gargantas escoltará al once granota en cada acción. Hoy es el partido para salir de la zona de descenso, para dar un golpe en la mesa, para dejarse en el césped y en la grada hasta el último aliento. Se intuye un ánimo inequívoco, unámine de supervivencia. Hoy es un día para la historia del levantinismo. Hoy la victoria quedará grabada en mármol. Hacedla posible.

Compartir el artículo

stats