¿Qué es de José Manuel Esnal Mané?
Ahora vivo tranquilo, viendo fútbol desde otro punto de vista, totalmente retirado del fútbol y disfrutando de la vida.
¿No echa de menos los banquillos?
No. Lo vas asimilando y tomas la decisión de retirarte, sin más. No se echa de menos. Mi vida sigue ligada al fútbol, pero desde otro punto de vista, con más relajación y sin la responsabilidad de participar directamente. Me lo tomo como cuando empecé, con gusto y afición por el fútbol, pero sólo desde la óptica del juego.
Desde esa óptica, ¿qué partido espera mañana en Orriols?
Un partido muy comprometido para el Levante UD porque es, de verdad, una final, una de las cuatro que quedan. Cuando esto ocurre uno suele dar bastante más de lo que tiene. Cuando llegas a esta situación te das cuenta de que tu recorrido por el campeonato se acaba y echas el resto. Es un partido de mucho compromiso.
Pero en Granada era otra final y el Levante UD no dio la talla?
Es difícil. No tengo los datos suficientes, pero la verdad es que la primera parte me resultó cuanto menos decepcionante. Pero va a ser un acicate para que mañana, un partido trascendental. La explicación no la tengo. Ahora si se mira para atrás seguro que se ven muchos errores, defectos, cosas que no se han hecho bien, pero lo que hay que hacer es mirar el próximo partido y sacar lo mejor de ti mismo para, por lo menos, no pensar que no lo diste todo.
¿El partido ante el Athletic es la última bala del Levante UD?
Sí, es el partido definitivo.
¿Cómo ve al Athletic?
Está jugando bien, tiene bajas importantes, como las de Laporte y Aduriz, y se nota. Pero esta en buena línea y será difícil ganarle. Seguro que planta batalla, siempre lo hace, el Athletic nunca tira un partido. Va a ser un partido bastante igualado y disputado. En las dos partes falta un poco de gol y puede que ahí esté la clave del partido.
Usted sabe lo que es entrenar a un equipo como el Athletic jugándose la salvación, pero también a otro como el Alavés en la final de la UEFA, ¿Qué presión es más fuerte?
Son diferentes. Pero sin duda la presión por no bajar es dura. El equipo está con muchas dudas porque si estás abajo en la clasificación es por algo. Y hay que olvidarse de por qué has llegado ahí. Sólo hay que buscar fortalezas y no debilidades y apostar por ellas. El aspecto psicológico es fundamental porque si después de un recorrido tan largo sólo haces que incidir en lo que haces mal para corregirlo y no surte efecto, es inútil seguir con ello. Hay que buscar tus puntos fuertes y apostar por ellos, no hay más.
De aquel partido entre Athletic y Levante UD en San Mamés se dijo que estaba vendido, ¿usted cree que estas cosas pasan en el fútbol?
No lo he visto. Si alguien lo ha visto que lo diga. Siempre pienso en la ruleta del fútbol. Un partido de fútbol se gana y se pierde de acuerdo a lo que sucede en el terreno de juego, que es imprevisible. Luego en la preparación de los partidos hay aspectos comunes. Los que tienen el objetivo conseguido están más relajados, es cierto, pero a veces les viene bien porque el otro, si tiene algo en juego, está atenazado por los nervios. Nunca sabes el motivo por el que un equipo está por encima del otro cuando hay igualdad. Si uno es superior al otro dices, ¿por qué rindió tan mal antes? ¿Por qué rindió mal el jueves el Levante UD si se estaba jugando más que el Granada? Hay que analizar los porqués de todos los partidos, que son muchos.
¿Qué recuerdos tiene de su paso por el Levante UD?
Muy buenos. En el Levante UD siempre me he sentido querido y muy a gusto. Por eso he dejado buenos amigos. En la etapa de 1996 fue una pena que el Levante UD en aquella época no tuviera más disponibilidad económica, era escasa, y no se puedo reforzar en enero. Por lo demás, se hizo una gran campaña con muy buen fútbol y una clasificación que, a la vista de las circunstancia, fue muy buena.
Y luego vino el ascenso en Lleida?
Esa etapa fue más difícil porque la exigencia era subir, era obligatorio. Se había gastado el club mucho dinero en una plantilla muy completa y no fue fácil reconducir la trayectoria del equipo. Al final con la consecución del ascenso se logró el objetivo, que era lo máximo que se podía pedir.
¿Le queda la espina de no haber entrenado al Levante UD en Primera?
No me llamaron. Pero estoy contento igual. Cuando uno es entrenador ya sabe cuando ficha cuáles son sus compromisos. Siempre fiché año a año y así, si no estaban contentos conmigo, prefería despedirme cordialmente. Si en otra a ocasión me llamaban, perfecto. Así ha sido mi historia, toda mi trayectoria. En el Alavés estuve siete temporadas renovando año a año, se renovaba la confianza cada temporada. En el Levante UD no fue así, pero no pasa nada.
¿Reconoce al Levante UD de hoy en día con el que usted vivió?
En aquellos momentos se pusieron los pilares del actual Levante UD. Con Preciado se cambiaron esos pilares. Se apostaba mucho por el jugador foráneo y se dio un gran poder a la secretaría técnica, con muchos movimientos de futbolistas. Mantener un buen nivel de fichajes es difícil y tiene un gran mérito lo que ha hecho el Levante UD.
Por cierto, mientras de Rubi dicen que es demasiado ofensivo, de usted criticaban de tendencia a conservar el empate a cero, ¿considera que es justo que se le tilde de entrenador defensivo?
Para nada. Cada uno es libre de decir lo que quiera, pero sólo hay que mirar las estadísticas. Cuando las miras dices? yo pensaba que este no era así. Solo hay que sacar los coeficientes de goles marcados y encajados. Pero esto va como va, es fútbol. Y nada más.
