Este fin de semana ha terminado la Liga Iberdrola. Una temporada con registros históricos que han supuesto un punto de inflexión con el apoyo del nuevo inversor. Abriendo por primera vez la puerta de grandes estadios al fútbol femenino con un importante número de asistentes, contando con canales de televisión protagonistas como Gol Televisión o BeIN Sports facilitando la opción de seguirnos a todo aquel que deseaba hacerlo desde el sofá de casa. Un título que no se ha decidido hasta el último partido, alzándose con él después de mucho insistir el Atlético de Madrid, y es que no hay mejor camino al éxito que creer en lo que uno hace. Donde el descenso de categoría no ha sido apto para cardíacos. Emocionante hasta el final.
Como la noche y el día, como si hablásemos de dos temporadas distintas así han sido nuestra primera y segunda vuelta. Una primera rozando la excelencia, peleando con los todopoderosos Barça y Atleti, soñando con robarles a alguno de los dos el privilegio de jugar Champions League, y una segunda al borde del drama, pudiendo perder la cuarta plaza. De más a menos, no obstante como diría Louis Van Gaal: «siempre positivo, nunca negativo». Con eso hay que quedarse. Con el trabajo que se ha hecho. Mejoramos los números de la campaña anterior y despedimos el curso ganando el último partido en casa ante nuestra afición, a las culés, que dependían de las colchoneras para ser campeonas o no, pero estas últimas no fallaron.
Nueva semana por delante, nuevos retos. Huele a Copa de la Reina y aunque los ocho clasificados ya están decididos, no será hasta mañana cuando se realice el sorteo. El 4 de junio será el primer partido y aunque nos faltó un poco de gasolina en los últimos encuentros, tenemos ahora tiempo de recargar pilas y afrontar esta competición con más fuerzas e ilusión que nunca.
El fútbol femenino ha dado otro paso más este año. Es hora de reclamar el respeto, la promoción, la visibilidad y la relevancia mediática que nos merecemos. No cabe duda de que el camino por recorrer aun es largo y por supuesto no será fácil. Queda mucho por luchar, algunas tenemos un máster en ello, pero ningún mar en calma hizo experto a un marinero.
