P. ¿Cómo ha sido la experiencia como articulista del Levante-EMV?

R. Escribir desde fuera lo que vivía desde dentro del campo ha sido muy gratificante. Me ha sorprendido que la gente lo leyera mucho. Ha habido gente que me paraba por la calle y yo creía que era porque me habían visto jugar y no, era por los artículos y porque los seguían los lunes.

P. ¿Qué le queda por hacer en el fútbol?

R. Subir a un equipo como el Málaga a Primera. En España lo he conseguido todo: ser Pichichi, Ligas, Copas... más de 30 veces internacional, y me faltaría esto.

P. ¿Cómo resume su estancia en el Levante UD?

R. Un poco de todo. El primer año logré ser Pichichi (22 goles) en un equipo que era cuando llegué muy defensivo, el segundo año fue el de la lesión y el tercero me recuperé en enero. He dado el máximo.

P. ¿Cómo ha sido la polémica relación con el técnico, Andrés Tudela?

R. Momentos muy buenos y otros regulares. Después dela lesión, el técnico confió mucho en mí, pero después ya no tanto.

P. ¿Les hizo mucho daño el 6-0 de Mestalla?

R. Sí, ese partido era para que ganara el fútbol femenino (a partir de ese día, la gente nos conoció mucho más, hubo más de 17.000 personas), pero moralmente nos vinimos abajo. Se nos hizo muy grande ese campo. Ellas tienen un equipazo y nos entraron muy bien por las bandas.

P. ¿Su mejor gol con el Levante?

R. El primero después de la lesión, que fue muy dura: ligamente, menisco y cartílago dela rodilla. El médico me dijo que no volvería a jugar. Yo le dije que yo era de Teruel, que somos muy cabezones. Marqué contra el Espanyol y me asusté porque se me quedó la rodilla atrás.

P. ¿Cómo se definiría como jugadora?

R. Antes era superrápida y tenía mucho gol; ahora soy más técnica e inteligente. Veo cosas que algunas jugadoras no ven.

P. ¿Cómo ha evolucionado el fútbol femenino?

R. Parece otro deporte. Antes nos costaba encontrar equipos femeninos y ahora ha entrado un patrocinador muy potente como Iberdrola.

P. ¿Y en el campo?, ¿cómo ha cambiado?

R. Las jugadoras y los entrenadores están mucho más preparadas: físicamente estamos mejor y el fútbol es más

vistoso.

P. ¿Por qué lleva tantos tatuajes?

R. Me gustan. El último representa a mi hermano y a mí de pequeños jugando al fútbol. Es muy especial.

P. ¿Cómo es La Puebla de Valverde para un niña a la que le gustaba el fútbol?

R. Era difícil porque allí no hay nada. Es un pueblo de 500 habitantes y no hay equipos. Tal cual salíamos de casa mi hermano y yo, a echar balonazos al parque. Había muchos niños y a mí me tocaba estar con ellos: irme con la bici, jugar al pilla-pilla y no estar con las muñecas. Me tocaba ir a lo bruto, como somos allí en Teruel. A los cinco años me fui a un pueblo de Barcelona (Vilassar de Mar) y como mi padre era un todoterreno en el deporte, él se apuntó a un equipo y yo dije: ´Quiero ser como mi padre´.

P. ¿Era muy trasto de niña?

R. Un día jugando a los toros me abrí la cabeza con un tractor. Me iban a pillar y yo, por mis santas narices, me tiré de cabeza contra un remolque y me abrí la cabeza. Mi padre trabajaba en una empresa de chips y mi madre en una de bañadores. Luego montaron un restaurante. Desde los cinco a los 14 jugué en el Vilassar con chicos. El Barça vino a buscarme con 10 años y no quise ir porque tenía que jugar con chicas. Fue lo mejor que hice: jugar con chicos todo lo posible. Adquieres mucha fuerza. Y en mi primer año en fútbol femenino metí 86 goles en el Barça C. Estuve tres años en el Barça, debuté en Primera (en mi casa son muy culés) y luego me fui al Espanyol cuatro años.

P. ¿Y al extranjero?

R. El primer año estuve en el New Jersey, de marzo a septiembre, y lo intercalaba con la liga española, ºen el Rayo y el Atlético, de septiembre a marzo. No tenía vacaciones.

P. ¿En qué país ha disfrutado más?

R. Estados Unidos. Hay campos llenos, las jugadoras son superestrellas. Iba con compañeras como Carli Lloyd, que son como aquí messi o Cristiano, estrellas para las niñas. En cada parque había niñas jugando al fútbol, equipadas enteras hasta con las cintas de la cabeza. Disfrutaba como una enana. Después estuve en el Chelsea, en Londres. Allí es una mezcla: en EE UU es muy físico y en España muy técnico. En la Liga española, disfruté en el Espanyol y en el primer año en el Levante.

P. ¿Y la diferencia salarial?

R. No se puede ni comparar. Hay países donde las futbolistas tienen un salario mínimo. Aquí no tenemos nada. Ahora la AFE está intenando ayudarnos, pero queda un poco.

P. El dinero que está entrando de la Liga y de Iberdrola en el fútbol femenino, ¿no les llega a las jugadoras?

R. A las jugadoras, no. Se ve reflejado en patrocinios y en que los equipos tengan más presupuesto, pero a las jugadoras no nos llega todavía.

P. ¿La discriminación salarial por género es superior en el fútbol a otros sectores?

R. Creo que sí, una empleada de cualquier empresa no tiene tanta diferencia respecto a un empleado. En nosotras es demasiado, es una pasada.

P. Hay infantiles chicos en el Valencia CF que cobran ya 400 euros mensuales.

R. Pues ya cobran más que algunas jugadoras de Primera. No hay todavía un sindicato para el fútbol femenino. Estamos pico y pala todos los días para mejorar eso.

P. ¿Se puede saber cuánto cobraba en el Levante?

R. Nunca he hablado de cantidades por respeto a las compañeras. No sé si ahora les habrán mejorado en la selección; antes pagaban de risa: 27 euros al día.

P. ¿A qué persona admira más?

R. El que me inculcó unos valores fue mi abuelo Andrés: la humildad y la lucha por tu sueño. Como deportista, uno que fue pura clase: Zidane, tuve la suerte de conocerlo cuando entrenábamos en Las Rozas y coincidíamos con el Real Madrid.

P. ¿Qué le parecen las semifinales de la Copa de la Reina: Valencia-Barça y Granadilla-Atlético?

R. Pues mal, porque deberíamos estar nosotras jugando y no el Granadilla. El Valencia creo que es favorito y también el Atlético.

P. ¿Qué jugadoras de la Liga le gustan?

R. María José Pérez (del Levante) me parece impresionante. Del Valencia, Zorzona, que tiene mucha técnica y sabe qué hacer con el balón; y Mari Paz, con mucho gol. En defensa, además, son muy difíciles de superar.

P. ¿Por qué hay tan pocas entrenadoras?

R. Porque tampoco hemos tenido facilidades para sacarnos el título. Ahora parece que sí las hay para las internacionales. No sé si me veo como entrenadora, pero sí he pensado en sacarme los títulos.