Muchos bares de Bilbao tienen un mástil donde cuelgan la bandera del Athletic los días de partido, si lo dan por televisión. Las gentes se cuecen a txacolís y pintxos mientras disfrutan de su equipo y la ciudad respira con una pasión sagrada difícil de imaginar por estas latitudes.
El Llevant ya empieza a contar con una cierta tradición de enfrentamientos «históricos» frente a un rival de tan alta alcurnia. En la temporada 2004-05, con Schuster en el banco, un gol de Jesule en el 68' inclinaba el encuentro para los granota (1-0) y les colocaba en Champions. Un espejismo, ya que aquel equipo, que empezó arrollador, dilapidó un montón de puntos y dio con sus huesos en Segunda. Infame fue el 2-0 en San Mamés de la 2006-07. Con el Llevant salvado, el Athletic necesitaba vencer para evitar el descenso, por primera vez en su historia. Todos recordamos aquellas grabaciones, que inculpaban a unos y a otros. El Llevant que resurgió de aquellas cenizas llegaría a la Europa League, tras golear al Athletic el 13 de mayo de 2012, el día grande de Ghezzal.
En mayo de 2013 se disputó el último partido de Primera en el viejo San Mamés. El Llevant se impuso 0-1 con gol de Juanlu. Días después, en la promoción de ascenso a Segunda, el Atlètic Llevant disputaba el último partido oficial en la Catedral y Roger Martí -que hizo doblete- anotó el último gol (2-2). Aquel 0-1 de 2013 es la última victoria del Llevant, ya que en 2016, con los blaugrana apurando sus últimas opciones de salvación, despediciaron un 2-0 y consintieron el empate bilbaíno en el 88' y el 90'. Una pesadilla.
La de hoy es la primera de una sucesión de finales ante rivales muy complicados. Muñiz vuelve a contar con Lukic y con Pier, tras el buen rendimiento de Hacen. El Athletic llega reforzado tras la victoria del jueves en Ucrania y su pase a dieciseisavos de la Europa League pero agotado. Valencianos y vascos se juegan mucho en Liga y más tras la victoria del Alavés que deja al Athletic a 2 puntos del descenso y al Llevant, a 4.
Esperemos que la calle del Licenciado Poza asista hoy con resignación a la victoria del Llevant, imprescindible tras el punto (rácano, pero justo, pese a la ocasión final de Nano) de Málaga y para que no cunda el pánico ante la inminente visita al Pizjuán.
